
Hoy, Cuba conmemora el 62 aniversario de un hito en la cooperación médica internacional: la llegada de la primera brigada de profesionales de la salud a Argelia en 1963. Este gesto, definido por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, como un acto que «engrandeció a la Patria», marcó el inicio de una tradición de solidaridad que ha trascendido fronteras.
Desde entonces, la colaboración médica cubana ha llegado a 165 países, con más de 605 mil profesionales desplegados. En la actualidad, 24 mil colaboradores continúan su labor en 56 naciones, llevando atención médica a comunidades vulnerables donde la salud es un lujo inalcanzable.
Entre sus mayores contribuciones destaca la «Operación Milagro», iniciativa conjunta con Venezuela que ha devuelto la visión a más de 3.3 millones de personas de escasos recursos. Además, los médicos cubanos han realizado 17.3 millones de intervenciones quirúrgicas, 5.6 millones de partos atendidos y 12.1 millones de vidas salvadas, según estimaciones.
El Contingente Henry Reeve, creado en 2005, ha enfrentado desastres naturales y epidemias en 55 países, con 8 millones de pacientes atendidos y 166 mil vidas rescatadas. Su labor ha sido clave en momentos críticos, como durante el ébola en África y la pandemia de COVID-19, donde brigadas cubanas fueron de las primeras en responder.
A pesar del bloqueo económico y campañas de desprestigio, el impacto de la cooperación médica cubana es incuestionable. No son cifras, sino historias de pueblos agradecidos, pacientes recuperados y comunidades transformadas las que hablan por sí solas.
A 62 años, la misión sigue intacta: llevar esperanza donde más se necesita, sin condiciones. En un mundo donde la salud es un privilegio, Cuba la defiende como un derecho humano. Este legado no solo pertenece a la Isla, sino a toda la humanidad, reafirmando que la solidaridad es la mayor fortaleza de una Patria grande.
(Con información y foto de la Agencia Cubana de Noticias)