En Cuba, el béisbol no es solo un deporte: es un sentimiento, una tradición y una forma de vida. Desde las calles de La Habana hasta los campos más remotos del oriente del país, el sonido de un bate golpeando una pelota resuena como un himno que une a generaciones. El amor por este juego está arraigado en el corazón de los cubanos, trascendiendo épocas, dificultades y fronteras.

En cualquier barrio, es común ver a niños improvisando juegos con palos y pelotas de trapo, soñando con ser el próximo Omar Linares, Kindelán o Yulieski Gurriel. Los estadios como el Latinoamericano en La Habana o el Guillermón Moncada en Santiago se llenan de fanáticos apasionados que viven cada jugada con intensidad. El béisbol es tema de debate en los parques, en las colas y en las mesas familiares, donde se discuten estrategias, jugadas históricas y el talento de las nuevas promesas.
A pesar de las limitaciones económicas y la salida de talentos hacia otras ligas, el béisbol sigue siendo el rey de los deportes en Cuba. Cada juego es una fiesta, cada jonrón una explosión de alegría colectiva. Para los cubanos, la pelota es más que un deporte: es resistencia, es cultura, es el orgullo de una nación que late al ritmo de un strike, un hit o una jugada imposible.
Vive la pasión del beisbol con nosotros con este fotoreportaje de Dayam Gónzalez, como parte de la III Liga Élite.




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