Un locutor se sienta en la casa del oyente, y ese espacio debe ser respetado

Ogilvie Serrano Rodríguez comenta que, cuando era pequeño, siempre mostró un gran interés por el arte de comunicar desde distintas áreas de su vida cotidiana. Recuerda que su primer encuentro, de manera ocasional con la radio, fue en el legendario programa La Escuela del Aire.

Hoy es un destacado locutor y actor, con una trayectoria de casi 34 años en el mundo de la radio. Desde muy joven, a la edad de 21 años, comenzó su carrera en el medio.

Poco antes, se presentó a una convocatoria para un curso de locución que le permitió examinar sus habilidades y, tras una buena actuación, fue invitado a trabajar en la emisora. Su desempeño notable le garantizó un lugar en programas emblemáticos de aquella época como Caribe Caliente, Festival del Sábado y Anticipo, donde sus primeras parejas de locución fueron grandes figuras como María Antonia Vázquez, Elina Pelegrí y Carmita Dausá.

Su agradecimiento hacia aquellas personas que lo ayudaron en el camino es sincero. Recuerda con cariño las clases que recibió de figuras como Elina, Jesús Benítez y Olga Cala Villafranca, donde aprendió sobre gramática, lengua y lingüística.

Ogilvie se considera un estudioso perenne y pone gran voluntad en cada proyecto que emprende. La conexión con su audiencia es fundamental para él; el reconocimiento en la calle es motivo de gran regocijo.

Aconseja las nuevas generaciones de locutores ser humildes y prepararse intensamente, porque  considera que, con el permiso de quien enciende la radio, el locutor se sienta en la casa del oyente, y ese espacio debe ser respetado.

Aunque su preferencia se inclina hacia los programas informativos, la versatilidad de su voz le ha permitido incursionar en diversas variantes, lo que lo convierte en un locutor integral capaz de desarrollar cualquier género.

En el ámbito de la actuación, Ogilvie comenzó a grabar en producciones como La Flecha de Cobre, siendo buscado por sus cualidades técnicas. A pesar de que desempeña cualquier tipo de personaje, reconoce que los negativos requieren un esfuerzo adicional y los difruta.

Comenta que la actuación lo ha llevado a vivir anécdotas desafiantes debido a la interpretación de algunos papeles con los que la población se ha identificado más, al punto de venir a la emisora a conocerlo, lo que demuestra que siempre se esfuerza por estudiar los libretos y construir sus personajes a partir de características psicológicas bien definidas.

La trayectoria de Ogilvie en la radio es un testimonio de compromiso con la locución y la actuación, donde han sido denominador común dos elementos fundamentales: la comunicación y su deseo de conectar con el público.

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