Luis Alberto Rodríguez: novio de la meteorología

El experimentado profesional acumula 35 años descifrando los secretos del cielo, un oficio que, asegura, es un romance eterno. 

Luis Alberto Rodríguez Díaz suma 35 años pronosticando el tiempo en Pinar del Río

En el Centro Meteorológico de Pinar del Río, donde los datos se convierten en alertas para proteger la vida, trabaja un hombre que decidió quedarse a poner su mirada sobre el clima. 

Luis Alberto Rodríguez Díaz, de 66 años, está jubilado solo en el papel; pues sigue al pie del cañón como especialista en pronósticos. Es natural de La Habana, pero, pinareño por adopción y corazón. Y aquí, en esta provincia, acumula 35 años descifrando los secretos del cielo, un oficio que, asegura, es un romance eterno. 

“El Departamento de Pronósticos del Tiempo, que es donde yo trabajo, es uno de los pilares fundamentales del Centro Meteorológico, a partir del dato primario que ofrecen las estaciones meteorológicas, porque en ellas está realmente la razón de conformar un pronóstico del tiempo”, explica.

El radar de La Bajada, en el Cabo de San Antonio, es el único de la provincia.

Cinco estaciones y un radar constituyen los ojos de Pinar del Río para observar el tiempo. Desde su experiencia, Luis Alberto enumera además varios desafíos de los momentos actuales: la falta de personal, los problemas energéticos y las ineficientes comunicaciones, que golpean su labor diaria.

“Sucede que los problemas de ahora, que son del mundo contemporáneo, como la inestabilidad de los trabajadores que buscan nuevos horizontes económicos, nos afecta. La falta de electricidad en algunos lugares, hace en muchas ocasiones que las líneas telefónicas no funcionen, lo mismo en las estaciones, y de igual manera la radio y la televisión en casa. Y eso es una debilidad para la comunicación efectiva”.

Para este hombre, la mayor fortaleza radica en su equipo de trabajo en el Departamento de Pronósticos, donde siete personas, entre ellas dos jóvenes en formación, sostienen turnos extenuantes de 24 horas, porque, según apunta, el clima no espera, y la demanda ciudadana es constante. 

Nueva tecnología para seguir huracanes

“Nuestra labor no será la principal, pero al menos es una de las más escuchadas porque a la población le interesa mucho el pronóstico del tiempo. Nos llaman hasta para lavar en casa las mujeres, ellas quieren saber si el día será idóneo o no. Otras personas te llaman porque van a hacer una actividad al aire libre, ir a la playa o simplemente porque quieren hacer una fiesta en el campo. También les interesa el pronóstico si van a echar una placa, y te llaman.

“Y, por supuesto, cuando hay algún evento ya hidrometeorológico significativo, ahí la información es permanente. Estamos hablando de los ciclones, de las trombas marinas, estos chubascos de la tarde que nosotros llamamos tormentas locales severas cuando vienen acompañados de viento fuerte, de granizo, de lluvia intensa”, cuenta el experimentado especialista.

Luis Alberto Rodríguez apoya la formación de los jóvenes que llegan al Departamento de Pronósticos

Luis Alberto empezó en comunicaciones, se formó como meteorólogo y hoy confiesa que este trabajo «enamora».  Y en efecto, debe ser la pasión quien lo motiva a continuar ejerciendo la profesión, aun después de tantos años.  

 “Nosotros somos los novios de la meteorología porque es una profesión que atrae, apasiona. Y yo soy parte de este colectivo tan especial. Es muy difícil aquí no engancharse en esta labor.

“Yo terminé hace dos años y apenas me detuve a descansar. Realmente me reincorporé, en primer lugar porque sentía que me faltaba algo. Hasta que no se pase por ese proceso, uno no tiene idea, es como la edad, no notas cuánto ha transitado en el tiempo”, confiesa.

Con humor bromea sobre los «anillos» que acumula –los años– y las «inyecciones nuevas» del talento joven que ahora asesora. Para él, la solidaridad del equipo es vital: discuten pronósticos, se apoyan en crisis y construyen consensos. Porque un pronóstico, subraya, nunca es obra de una sola persona. 

“El pronóstico da una propuesta, pero en realidad no es solo de quien la emite en un medio. Hay que discutirlo primero. Cada cual analiza una variable. Y luego queda un producto final”.

Ciencia y prevención para enfrentar el desastre

Así, entre estaciones, radares y llamadas sobre si lloverá o no, Luis Alberto sigue siendo «el novio de la meteorología». Un romance que, como el tiempo mismo, no tiene prisa por acabarse.

“Gracias a Dios, como decimos los cubanos, me siento bien de salud. Para salir de novio ya me van tocando no sé qué anillos, quizás de oro o de plata, pero ya me va tocando alguno…”

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Yohana Pérez Monrabal
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