La Internacional Progresista condenó hoy la escalada de la agresión militar estadounidense contra Venezuela y llamó a activistas y organizaciones a oponerse a la política intervencionista de Washington.
En una declaración emitida este lunes, el gabinete denunció la revitalización de la Doctrina Monroe y advirtió que la crisis actual representa una profundización de la guerra híbrida iniciada contra el proceso bolivariano desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999.
El pronunciamiento destaca que el interés estratégico de Estados Unidos se centra en los recursos naturales venezolanos, particularmente las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, junto con significativos yacimientos de gas natural, bauxita y oro.
Como evidencia de esta motivación, recuerda las declaraciones del ex enviado especial de Donald Trump, Elliott Abrams, quien justificó las operaciones de compañías como Chevron argumentando que facilitarían la recuperación petrolera una vez que el régimen venezolano sea reemplazado.
La organización documenta cómo el gobierno estadounidense ha desplegado contra Venezuela un amplio arsenal de medidas que incluyen operaciones encubiertas, incursiones de mercenarios, intentos de magnicidio, planes golpistas, aislamiento diplomático, amenazas militares y sanciones económicas.
Según datos de prensa, entre 2012 y 2020 estas medidas causaron una caída del 93 por ciento en los ingresos petroleros y una contracción del 74 por ciento en la calidad de vida de la población, comparable con las estadísticas de Irak durante la invasión estadounidense.
El Centro de Investigaciones de Política Económica reportó que 40 mil venezolanos murieron entre 2017-2018 como resultado directo de las sanciones, lo que constituye castigo colectivo a la población civil según las Convenciones de Ginebra y La Haya.
(Con información y foto de Prensa Latina.)
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