Formas de maltrato que callan los abuelos

Es frecuente que las víctimas no denuncien por miedo, vergüenza, dependencia afectiva o por querer proteger a su propia familia.

El maltrato hacia el adulto mayor se manifiesta de múltiples formas, tanto activas como pasivas, incluyendo el abuso y la negligencia. Este maltrato puede evidenciarse en golpes, insultos, aislamiento, robo de pensiones o pertenencias, falta de medicamentos, y hasta en gestos cotidianos como ignorar, infantilizar o excluir a la persona de la vida familiar.

Lo que callan los abuelos: las formas de maltrato que normalizamos en la familia.
Imagen tomada de Internet.

En el programa Rumbos de Radio Guamá, la doctora Daniela Díaz Rodríguez, especialista en Geriatría y Gerontología, abordó este tema sensible con objetivo de concienciar sobre él y ofrecer herramientas para actuar ante estas situaciones.

La experta profundizó en las causas y detección del maltrato. Explicó que suele estar vinculado a la vulnerabilidad del adulto mayor, la dependencia física o emocional, y factores como el agotamiento del cuidador, historiales de violencia familiar o condiciones económicas precarias.

Destacó que es frecuente que las víctimas no denuncien por miedo, vergüenza, dependencia afectiva o por querer proteger a su propia familia, lo que perpetúa el ciclo de abuso.

La doctora Díaz detalló los tipos específicos de maltrato:

  1. El abuso físico: desde golpes hasta mantener a la persona en posiciones incómodas que causan úlceras por presión.
  2. El psicológico: incluye insultos, amenazas, aislamiento social y el trato infantilizador.
  3. El económico: el uso indebido de sus recursos, pensiones o propiedades.
  4. La negligencia: se presenta al no proveer medicamentos, alimentos, asistencia o al descuidar la adaptación del hogar (alfombras, luces, barreras arquitectónicas), incrementando el riesgo de accidentes.

La especialista también destacó señales de alerta y vías de acción. Cambios inexplicables en la salud, lesiones, retraso en buscar atención médica, actitud temerosa del adulto o explicaciones contradictorias de los cuidadores son indicios clave.

Enfatizó que, ante la sospecha, es crucial activar una red de apoyo que incluye al médico de familia, el trabajador social, el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y, en casos graves, a la policía y Medicina Legal para iniciar un proceso formal de denuncia y protección.

Muchas negligencias no son intencionales, sino fruto del desconocimiento o el estrés del cuidador. Es por ello que debemos reflexionar y tomar acción en favor de nuestros adultos mayores.

Para profundizar en el tema, los invitamos a escuchar el audio completo del programa Rumbos con la doctora Daniela Díaz Rodríguez:

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