Al que no quiere caldo dos tazas con él, esa es la impresión que puede perdurar si llegas a un centro gastronómico y te encuentras con la combinación en un combo de dos sabores que para ti nada tienen que ver.
Hace unos días visité la Heladería Coppelia de la ciudad de Pinar del Río, y al preguntar por la oferta conocí que los sabores existentes eran chocolate y piña, de ahí que pedí me sirvieran dos bolas del primero.
Sin embargo, las estaban vendiendo en combo, es decir, podían ser dos, cuatro, seis o más, pero mezcladas: la mitad de un sabor y el resto, del otro.
En lo personal me desagrada esa mezcla, pero era asimilar lo estipulado o levantarme e irme del lugar, de ahí que acepté, para probar qué tal resultaba.
Lamentablemente sucedió lo que sospechaba, nada de gustarme aquello y es de lamentar, porque con el calor del día a día saborear un buen helado es casi medicinal, claro, sin que ello ocurra a partir de inventos tan cubanos.
Lo anterior me llevó a buscar la definición de combo en un diccionario y encontré que se trata de una serie de elementos diversos que juntos componen un conjunto.
Por supuesto, lo que le falta al socorrido registro de información es lo absurdo de la disparidad con la que me encontré, porque para mi gusto el chocolate no tiene nada que ver con la piña.
¿A qué obedecía lo anterior, entonces? ¿Se agotaba primero un sabor y el otro demoraban en venderlo, faltaba refrigeración, resultaba ser el capricho de alguien?
Tal vez sea cuestión personal, pero lo cierto es que resulta indispensable evitar el absolutizar la aplicación de esta fórmula del combo, porque ya es seguro que si repiten la experiencia ni siquiera tomo asiento.
En más de una oportunidad he planteado que hay mucho por aprender en nuestras unidades de comercio y gastronomía en torno a la mejor atención al cliente, pero parece que con el tiempo la superación en este sentido es más escasa.
Y si de la combinación de alimentos se habla, eso si da tela por donde cortar, porque en materia de gustos cada quien tiene un criterio personal. En fin, los combos no funcionan todo el tiempo, menos con todo el mundo.
Escuche aquí la opinión del periodista Ángel Felipe Machín Vento en la sección de comentarios «Sin molestar a nadie» de la revista informativa «En torno a»
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