Archipiélago de Los Colorados: un apasionante tesoro natural

Elementos de extraordinario valor en materia de biodiversidad confluyen en el lugar

Elementos de extraordinario valor en materia de biodiversidad confluyen en Los Colorados

Más de 72 mil hectáreas de manglares, praderas de pastos marinos y arrecifes coralinos forman parte de las riquezas naturales que distinguen el Este del Archipiélago de Los Colorados, una de las 22 Áreas Protegidas de Recursos Manejados con que cuenta Pinar del Río.

El sitio abarca la zona norte de los municipios de Minas de Matahambre, Viñales y La Palma. Elementos de extraordinario valor en materia de biodiversidad confluyen en el lugar.

Este del Archipiélago Los Colorados fue aprobada como área protegida, desde 2021, por el Consejo de Ministros

Según apuntó el Máster en Ciencias, Raúl Martínez Rivera, cerca del 89 por ciento de su área marina comprende dos valores particulares de marcada importancia: el primero, considerado la zona núcleo de conservación, es el refugio de vida silvestre Corona de San Carlos; y el segundo, está asociado a los manglares.  

“El sitio Corona de San Carlos tiene relevancia pues aquí desova el pargo, el mero, las chernas, especies de gran interés tanto desde el punto de vista de la conservación como también comercial. Llegan aquí desde gran parte de la zona norte de Cuba, y hasta de cayos de la Florida.

“Y por otra parte, nuestras cuatro líneas de manglar, funcionan como barreras vivas ante el incremento del nivel del mar y como provisión de alimento y refugio para una gran variedad de organismos”, explicó el especialista en Educación Ambiental.

Conservación y educación ambiental

Corales, playas vírgenes, cocodrilos, manatíes y vegetación exquisita distinguen al Área Protegida de Recursos Manejados Los Colorados. Allí convergen diferentes proyectos de conservación, a fin de proteger la vida silvestre y el ecosistema.

“Estos proyectos están relacionados con las aves, la señalización, la vigilancia y protección, el ordenamiento forestal y el proyecto marino, el de cocodrilo en vida libre y el de educación ambiental, y por ellos nos regimos para el cuidado en general de todos los valores que aquí se unen.

“A partir de un plan de manejo con objetivos de conservación específicos, intencionamos la educación ambiental mediante talleres, conferencias, charlas, a través de las plataformas digitales. Trabajamos con personas de todas las edades y lo que hacemos es básicamente prepararlos y educarlos en los valores que tenemos que conservar y en las respuestas que la propia naturaleza nos puede dar”, comentó el especialista.

Sin embargo, en Los Colorados muestran un impacto negativo fenómenos como los huracanes y el cambio climático. Resulta lamentable además que algunas actividades ilegales deterioren los valores naturales del lugar; entre ellas, la tala de árboles donde anidan poblaciones de aves y de mangle prieto y patabán destinado luego a carbón vegetal, así como la depredación de cocodrilos y tortugas marinas para ser comercializados.  

De ahí que fortalecer la educación ambiental resulta primordial en función de cambiar maneras de actuar de los habitantes de las comunidades cercanas, garantizarles soluciones adaptativas al cambio climático y proteger los extraordinarios recursos del área.

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Yohana Pérez Monrabal
Yohana Pérez Monrabal
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