¿Cómo detectar y tratar la depresión en los adultos mayores?

Se trata de un trastorno afectivo frecuente, que perjudica de manera significativa su calidad de vida.

La depresión en el adulto mayor es un trastorno afectivo frecuente, que perjudica de manera significativa su calidad de vida. Puede manifestarse de formas complejas y contribuir al deterioro funcional, cognitivo y social del anciano. Por ende, su detección y manejo adecuados son fundamentales para preservar el bienestar en la tercera edad.

En el programa Rumbos, abordamos esta problemática con la doctora Rosa Elena Ledesma Rodríguez, especialista en geriatría y gerontología, quien conversó acerca de las causas, síntomas y formas de tratar la depresión en los adultos mayores.

¿Cómo detectar y abordar la depresión en los adultos mayores?
Imagen tomada de Internet.

La experta aclaró que la depresión en la tercera edad no siempre se presenta con tristeza evidente. Su manifestación suele ser atípica, pues el anciano puede mostrar pérdida de peso significativa, irritabilidad, insomnio o somatizaciones (quejas físicas como dolores abdominales o musculares sin causa médica clara).

Especificó, además, que otros signos de alarma son el descuido en el aseo personal, el retraimiento social, la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba y un deterioro cognitivo acelerado que puede confundirse con demencia.

¿Factores de riesgo?

La doctora Ledesma Rodríguez explicó que los factores de riesgo son múltiples e interconectados. Desde el ámbito biomédico, destacan las enfermedades crónicas o agudas, la polifarmacia y algunos medicamentos específicos.

En lo social, son determinantes la jubilación, la viudez, el aislamiento, el maltrato (físico, psicológico o económico) y la sobrecarga de tareas domésticas impuestas. Psicológicamente, los antecedentes de depresión y la percepción de pérdida de autonomía o autoridad en el hogar juegan un papel crucial.

La especialista recalcó que la evaluación geriátrica integral es la herramienta clave para detectar estos factores. El tratamiento debe ser completo y priorizar, siempre que sea posible, las intervenciones no farmacológicas.

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Ledesma insistió, por otro lado, en que es esencial reincorporar al anciano a actividades sociales placenteras, fomentar el ejercicio físico, garantizar una nutrición adecuada y, sobre todo, brindarle apoyo familiar para crear redes de contención.

Por último, advirtió que la medicación debe ser prescrita y monitorizada estrictamente por un especialista, evitando la automedicación con fármacos como la amitriptilina o benzodiacepinas, que pueden tener efectos adversos graves en este grupo etario.

Comprender cómo influye la depresión en el adulto mayor, permite a familias y cuidadores identificar señales de alarma tempranas. De esta forma se logra intervenir oportunamente y prevenir las graves consecuencias a las que conlleva -como la discapacidad o el suicidio- así como mejorar radicalmente la calidad de vida del anciano.

Para conocer todos los detalles sobre el tema, escuche el audio completo del programa Rumbos, con la doctora Rosa Elena Ledesma Rodríguez:

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