«Puedo asegurar que estos diez años en la radio han sido los mejores de mi vida laboral; espiritualmente, han sido muy placenteros», asevera María Elena González León.
Ella, en la radio, es como una especie de madre que abraza a todos. Y es que, desde sus labores como secretaria de la dirección, siempre tiene a mano la coladita de café oportuna, el vaso de agua refrescante, la conversación o la respuesta a cualquier asunto que tenga que ver con la gestión de su trabajo.
Aunque es graduada en Música, con especialidad en piano y guitarra, nunca ejerció esa profesión y muy pronto se vinculó al sector jurídico como especialista en la Sala Civil del Tribunal Provincial y después en el Bufete Colectivo.
Recuerda que cuando inició el trabajo en la emisora, le costó un poco de trabajo entender las dinámicas internas del medio, pero en poco tiempo pudo comprenderlas junto a María Victoria Menoya, quien también se iniciaba en aquellos tiempos como directora de la planta radial y a quien le tiene un especial agradecimiento.
«Para administrar una emisora de radio hay que escuchar a los artistas»
Igualmente, considera que el trayecto de estos diez años le ha permitido comprender y amar el trabajo con los artistas y trabajadores del centro, de quienes ha aprendido, lo que le ha facilitado tomar decisiones oportunas en ausencia del director.
Para ella, ser secretaria requiere responsabilidad y, para ejercer su trabajo, conocimientos básicos, capacidad de comunicación y poder de decisión.
«Si cuando me incorporé hubiese estado más joven, estoy casi convencida de que habría incursionado en aprender alguna o varias especialidades dentro del mundo radial», alega María Elena en un tono nostálgico, convencida de que su formación musical le habría aportado mucho para desarrollarse en el medio.
Su corta, pero interesante trayectoria ya forma parte de aquellos que, como ella, son decisivos detrás de los micrófonos. En este aniversario 95 de la radio pinareña, celebramos también las pulsaciones de la entrega y del amor por lo que hace.
