El virus del chikungunya no solo quiebra nuestro cuerpo, sino que también afecta significativamente la salud mental. Además del desgaste físico, el enfrentamiento a una epidemia como esta que hoy se extiende por Cuba genera ansiedad, estrés crónico y síntomas depresivos, causados fundamentalmente por la prolongación de los malestares, los cambios en las rutinas y la incertidumbre.
La psicología desempeña entonces un papel crucial para ayudar a las personas a manejar estas respuestas emocionales y promover estrategias de afrontamiento que fortalecen el bienestar psicológico colectivo.

A propósito, en el programa Rumbos, la Doctora en Ciencias Betty Hernández Becerra abordó el tema «Salud mental frente a las realidades de las epidemias». La especialista analizó los efectos psicológicos de la actual situación epidemiológica y ofreció recomendaciones para enfrentarla.
Mirar la realidad con esperanza
Betty Hernández explicó que epidemias como la del chikungunya generan respuestas emocionales intensas y comunes, como ansiedad, miedo al contagio, estrés crónico y desesperanza.
Aclaró que los síntomas surgen ante una situación anormal que altera por completo la vida diaria, especialmente cuando la enfermedad se prolonga y limita la capacidad física de las personas. También destacó que, aunque son reacciones normales en contextos de crisis, es necesario manejarlas para evitar un mayor deterioro de la salud mental.
La psicóloga detalló estrategias prácticas para proteger el bienestar emocional durante una epidemia. Entre ellas, recomendó limitar la sobreinformación y consultar solo las fuentes oficiales, mantener rutinas estructuradas en la medida de lo posible, buscar apoyo en redes sociales y familiares, así como practicar técnicas de relajación y autocuidado.
Subrayó la importancia de no minimizar el dolor propio ni el ajeno, y de fomentar una actitud que permita enfrentar la realidad sin evadirla, pero con esperanza.
La moringa: aliada para la salud después del chikungunya
Hernández Becerra señaló que grupos poblacionales como los adultos mayores, personas con condiciones de salud previas, niños y personal sanitario pueden verse especialmente afectados psicológicamente.
Enfatizó que en el caso de los niños y adolescentes, pueden presentarse regresiones conductuales o ansiedad por el desvínculo escolar. Por ello, recomendó a las familias acompañarlos mediante la comprensión y la comunicación en medio del malestar físico.
Reconocer que las reacciones emocionales en tiempos de epidemia son manejables, así como identificar estrategias psicológicas efectivas, ayuda a reducir el impacto del estrés en quienes padecen la enfermedad. De este modo, logramos fortalecer la salud mental colectiva, lo cual es tan importante como el cuidado físico para superar la crisis.
Escuhe todos los detalles con la psicóloga Betty Hernández Becerra en el audio del programa Rumbos:



