
El gobierno venezolano calificó como una “ridícula cortina de humo” la oferta de 50 millones de dólares que Estados Unidos (EE.UU.) anunció por la captura del presidente Nicolás Maduro, una medida que, según la prensa nacional, busca complacer a sectores de ultraderecha.
La respuesta de Caracas se produjo tras las declaraciones de la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi, quien acusó a Maduro de supuestos vínculos con el narcotráfico y alianzas con grupos criminales, según reportó la Agencia Venezolana de Noticias.
El canciller Iván Gil rechazó las imputaciones, tildándolas de un “show mediático” para encubrir lo que describió como tramas terroristas impulsadas desde EE.UU. contra Venezuela y para congraciarse con sectores opositores extremistas.
En un comunicado oficial, el Ejecutivo venezolano subrayó que las acusaciones contra el mandatario carecen de fundamento y forman parte de una campaña de descrédito orquestada por la Casa Blanca.
Por su parte, el presidente Maduro denunció que se trata de una “conspiración fascista” financiada por Washington para desestabilizar al país.
“El narcotráfico colombiano uribista, las bandas criminales y delincuentes reciclados que aún existen en el país y la conspiración fascista financiada desde Estados Unidos, con una ecuación nefasta contra Venezuela”, alertó.
El mandatario reiteró los avances de su gobierno en materia de estabilidad interna, reafirmó su compromiso con la soberanía nacional e instó a la comunidad internacional a rechazar lo que consideró “acciones injerencistas” por parte de Estados Unidos.
(Con información y foto de Prensa Latina.)