Un latido de esperanza para Edel

El pinareño, de 47 años de edad, fue el primero en someterse a la colocación de un DAI en el servicio de cardiología de la provincia.

Por más de 30 años, Edel Ferro ha tenido que lidiar con las limitaciones propias de las afecciones coronarias que padece desde pequeño. Primero, el diagnóstico de un soplo; luego, vendrían nuevas complicaciones.

«Tenía tratamiento de benzatínica, la tuve que dejar porque empezó a hacerme alergia. Estuve atendiéndome un tiempo en La Habana pero cuando llegó la COVID, se volvió muy difícil, contó».

Hoy, con 47 años de edad, la historia de su corazón es otra. Su miocalopatía idiopática, causante de arritmias malignas, podrá ser controlada gracias a la colocación de un Desfibrilador Automático Implantable (DAI).

Desfibrilador Automático Implantable (DAI)

El proceder fue realizado este miércoles, por primera vez, en la provincia de Pinar del Río, en una intervención quirúrgica conjunta entre el servicio de cardiología local y la doctora Ana Mengana Betancourt,  especialista en electrofisiología del Hospital “Hermanos Ameijeiras” de la capital cubana.

“El abordaje fue un poco complejo pero, se logró sin ningún tipo de problema. Este dispositivo no solamente estimula el corazón,  sino también lo desfibrila en el caso de que haga arritmias malignas”, aseguró la experta.

Dra. Ana Mengana Betancourt,  Especialista en Electrofisiología del Hospital “Hermanos Ameijeiras”
Dra. Ana Mengana Betancourt, Especialista en Electrofisiología del Hospital “Hermanos Ameijeiras”

Lo que para Edel y su familia es una nueva oportunidad de vivir, para los cardiólogos pinareños es desafío. La doctora Mailyn Vilaú Jiménez, especialista en primer grado en cardiología, no deja margen a las dudas. 

“Es un reto, porque realmente muchos de los procederes, ya sea DAI o estimulación cardíaca, que se hacen en el Instituto, se hacen con un sistema de electrofisiología que, por supuesto, Pinar del Río no tiene”, explicó.

Hora y media después, en uno de los quirófanos del Hospital General Docente Abel Santamaría Cuadrado,  el monitor acoplado a Edel indicaba el éxito del proceder y, en su voz, la esperanza: “Lo mejor que se ha podido hacer es lograr esta implantación aquí y me da mucho gusto que fuera el primero”.

Este 22 de octubre, los servicios de cardiología de Pinar del Río iniciaron una nueva etapa con la colocación de un dispositivo valorado en más de 25 mil dólares. Jóvenes profesionales de la medicina cubana abrieron otro camino para reparar corazones rotos.

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