
¿¡Qué no hay bloqueo!? Y, ¿de qué hablan estos datos?
. El costo de dos meses de bloqueo (1 600 millones de dólares) permitiría financiar por un año la entrega de la canasta familiar normada.
.16 días (339 millones) equivalen al monto para cubrir las necesidades del cuadro básico de medicamentos de todo el país.
.14 horas (12 millones) equivalen al monto para adquirir la insulina para los diabéticos del país.
.4 meses (2 850 millones) equivalen al costo de adquisición de los ómnibus que requiere l transporte público del país.
.2 horas (1.4 millones) equivalen al costo para adquirir los medicamentos que se necesitan en los tratamientos de patologías de cardiología y neurología, así como para los alimentos destinados a niños con deficiencias genéticas y con enfermedades endocrino-metabólicas.
.Cinco días de bloqueo (100 millones de dólares) equivalen al financiamiento necesario para la reparación de alguna de las centrales termoeléctricas, como la Antonio Guiteras, de Matanzas, o la Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos.
Detrás de estos números hay sufrimiento por la falta de medicamentos; angustia, privaciones de recursos, escasez de alimentos, sueños truncados, una emigración económica que duele y que deja a familias fracturadas…
No son cifras vacías: los informes cuantifican que, durante más de sesenta años, el bloqueo ha provocado pérdidas a Cuba que superan los 170 000 millones de dólares, lo cual afecta prácticamente todos los aspectos del sustento de la gente.
¡Y en Cuba tenemos memoria! Que nadie olvide que durante los días más críticos de la pandemia COVID- 19 el país no pudo adquirir ventiladores pulmonares porque compañías estadounidenses compraron firmas fabricantes de esos equipos y suspendieron las ventas a la mayor de las Antillas.
No negamos que al complejo contexto económico lo acompañan ineficiencias propias, malas praxis, decisiones erróneas, planificaciones superficiales, pero sin bloqueo este sería un mejor país, y ellos lo saben.
Por eso sostienen a lo largo del tiempo una política ilegal, extraterritorial, asfixiante, privativa de los derechos humanos, que cada año, en la Asamblea General de las Naciones Unidas es rechazada por la comunidad internacional.

Como bien expresó este 28 de octubre el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, en la ONU “el mensaje ya está en la calle: el bloqueo mata, no es un debate académico. Son medicamentos que no llegan, remesas bloqueadas, energía y alimentos retenidos por sanciones”.



