Las artes visuales constituyen un pilar fundamental en la cultura de Pinar del Río como expresión artística y cronistas invaluables que capturan su historia e identidad. A través de la pintura, el muralismo y otras manifestaciones, los artistas pinareños han legado un retrato perdurable de su arquitectura, su gente y su espíritu, enriqueciendo el patrimonio cultural de la provincia.
En el programa Estamos Contigo, la especialista Yania Collazo dedicó su sección semanal de artes plásticas a un tema apasionante: la representación de la ciudad de Pinar del Río a través de la mirada subjetiva de sus artistas, a propósito de conmemorarse este 10 de septiembre el 158 aniversario del otorgamiento del título de ciudad a la entonces Villa de Pinar del Río.
La experta inició el recorrido artístico destacando cómo grandes maestros de la vanguardia cubana, como René Portocarrero y Amelia Peláez sentaron las bases para representar la identidad nacional y el espíritu de las ciudades cubanas. Portocarrero, con su estilo barroco y su «horror al vacío», capturó la vibrante complejidad de La Habana, mientras que Peláez condensó en su obra los códigos visuales de la cubanía, como el colorido tropical y los elementos arquitectónicos.


Durante el programa destacó la labor del movimiento muralístico local, con figuras como Isaac Linares, Juan García Miló, Abel Morejón Galá, Ulises Bretaña y Luis Contino Roque, además de un grupo fundamental de mujeres, cuyas obras en espacios públicos educan y embellecen las calles pinareñas.

Conversó además sobre los «novios de ciudad» de Pinar del Río, aquellos artistas que han dedicado su obra a retratar la ciudad. Resaltó la figura de Fausto García, un «eterno enamorado». Sus dibujos y pinturas, tanto de interiores como de fachadas coloniales –el Teatro Milanés y la Catedral– son un invaluable registro histórico-artístico de la arquitectura pinareña, custodiado hoy por la Galería Arturo Reguero.

De la nueva generación pinareña, mencionó a Nelo, cuya obra refleja la velocidad y la dinámica de una «aldea global» en constante transformación, y a Orlando «Tito» Hernández, quien ha evolucionado hacia una paleta colorista para narrar la cotidianidad y la vida en las calles de la ciudad como un auténtico cronista visual.


Las artes plásticas representan la fisonomía de una ciudad, la vida de sus habitantes y los matices de su identidad. La subjetividad del artista traduce lo físico en emocional, lo histórico en vivo, permitiendo que generaciones presentes y futuras comprendan la identidad de un lugar a través de sus símbolos, colores y formas.
Para conocer todos los detalles de las exposiciones inauguradas por el aniversario y escuchar el análisis completo de la especialista Yania Collazo sobre cada uno de estos artistas, los invitamos a disfrutar del audio completo de este programa.
Consulte aquí el Especial «La ciudad: sus memorias, sus gentes».