
Pancho González regresó a Pinar del Río y se reincorporó a la dirección provincial del M-26-7, como responsable de finanzas, cargo que quedó vacante al pasar Pablito Fernández Alegre a prestar servicios en el regimiento número 6 “Rius Rivera” (1).
En marzo, Pancho fue designado para un modesto puesto de dirección administrativa: delegado provincial del Fondo de Estabilización del Tabaco (2), que desempeñó simultáneamente con el trabajo en el Movimiento.
El 22 de agosto del mismo año 59, fue eliminado el Fondo como organismo autónomo y todas sus funciones fueron asumidas por el INRA (3). En septiembre se reestructuró la dirección provincial del M-26-7, ya que varios de sus miembros fueron nombrados delegados o subdelegados de las zonas de desarrollo agrario del INRA (4). La jefatura política y militar de la provincia no ratificó a Pancho como financiero, ni lo ubicó en ninguna otra tarea política o estatal, sin tener en cuenta su largo e impecable historial revolucionario (5).
Pancho fue víctima de los elementos divisionistas existentes dentro del Movimiento en aquella etapa inaugural de la Revolución triunfante, que venían desde la fase insurreccional. Aunque después de seis décadas todavía duele recordarlo. También fue víctima, como advirtiera Martí, de la segura ingratitud de los hombres. No me voy a extender en este tema, porque no es el objetivo de esta serie.
No reclamó ni ambicionó ningún cargo o protagonismo político. Optó por irse a vivir para La Habana con el objetivo fundamental de reiniciar los estudios universitarios. Mientras estudiaba trabajó como jefe de la oficina del presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores (1960-63). Posteriormente lo solicitó el Ministerio de Industrias y formó parte del equipo fundacional del Centro de Investigaciones Tecnológicas.
Regreso a Pinar del Río
Cuando finalizó la carrera de ingeniero químico a finales de 1964, Pancho González decidió regresar a su amada tierra pinareña. El Ministerio de Educación (6) lo designó director de la Escuela Politécnica Industrial “1ro. de Mayo”, centro escolar construido en el antiguo regimiento “Rius Rivera” o Distrito Militar número 6, en lo que se conocía popularmente como La Loma de los Coches.
Muy poco tiempo permaneció en esa labor. Uno de los jefes provinciales de entonces, sin informarle ni tenerlo en cuenta, desconociendo su autoridad al frente del plantel, anunció en la prensa provincial (7) la convocatoria a un evento que tendría como sede el teatro de la escuela. Pero, Pancho, desconocido en su autoridad, expresó en el mismo periódico que no había autorizado el uso del teatro. La Dirección Provincial de Educación no lo apoyó, sencillamente lo sustituyó.
Un hombre digno como él no podía aceptar el método utilizado para decidir, sin su anuencia, el uso de aquella instalación escolar. Sus superiores en la Dirección de Educación, aunque lo conocían muy bien desde la insurrección y el rol que había desarrollado, no valoraron su prestigio revolucionario y lo que podía aportar como maestro normalista e ingeniero en la formación de técnicos y obreros calificados y menos aún la razón que le asistía en aquel conflicto.
Sanidad Vegetal
Pancho decidió volver a La Habana. Entre 1965 y 1969 trabajó en el Ministerio del Interior, hasta que José Llanusa Gobel (8) le pidió que se integrara a un grupo para el desarrollo industrial del cítrico y seguidamente en la formación del departamento de química de los pesticidas de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del INRA. Hizo crecer aquel pequeño colectivo hasta convertirlo en un prestigioso laboratorio a nivel nacional.
En una de mis crónicas escribí:
“Eran los tiempos que los controles de plagas, enfermedades y malas hierbas dependían de importaciones millonarias de productos altamente tóxicos y además se carecía de la infraestructura técnica y del sistema estatal nacional que con centenares de profesionales se estructuró hasta la base productiva, principalmente entre 1973 y 1990, incluidos los grandes macizos cañeros que ocupaban la mayor parte de la superficie cultivada del país” (9). La factura de herbicidas solo para la caña era de unos 35 millones de dólares anuales.

En aquel laboratorio, situado en el reparto Siboney, del municipio habanero de Playa, Pancho creó y consolidó la línea de control de la calidad, para determinar todos los parámetros químico-fisicos de los costosos productos tóxicos, el chequeo de las aplicaciones por medios terrestres y aéreos para medir el grado de eficiencia de las mismas, así como de residuos en cualquier cultivo.
Ambas actividades eran de gran importancia no solo económica, también en cuanto a la tecnología de protección de plantas, del medio ambiente y de la salud de la población consumidora de los productos del agro.
Criterio propio
Pancho González se dedicó a aquellas tareas con mucha humildad, pero al mismo tiempo con su invariable rebeldía. Se manifestó valientemente, con criterio propio y en defensa de las opiniones de los técnicos, en los escenarios provinciales y nacionales donde con frecuencia se discutían los problemas que afectaban a la caña de azúcar, el tabaco, los cítricos, la papa y otros cultivos.
No permitió que nadie, independientemente de su jerarquía política o gubernamental, incumpliera impunemente, o al menos sin la denuncia correspondiente, las normas y los instructivos técnicos relacionados con los productos químicos. Tampoco lo pudieron sobornar los representantes de las grandes transnacionales capitalistas que exportaban los pesticidas. Pancho trabajó arduamente por la agricultura cubana hasta que su salud se lo permitió.
Ni en público ni en privado hizo ostentación de su historia, sus méritos, los vínculos y relaciones personales y de amistad que lo unieron desde la guerra con renombrados dirigentes del primer nivel del país.
Sobrevivió a la guerra
Muchas personas de su círculo laboral cercano, que durante siete años compartimos en Sanidad Vegetal, se sorprendían cuando yo les hablaba de sus proezas, serenidad, ecuanimidad y firmeza ante la persecución de numerosos policías y soldados del régimen de Batista.
Fue un hábil e inteligente conspirador, supo burlar o engañar el acoso implacable de los órganos represivos de la tiranía. Sobrevivió a más de 7 años de lucha, 3 de ellos en la clandestinidad. De haber caído en algún combate o acción armada, su nombre estaría perpetuado en calles, escuelas, parques, tarjas y monumentos.
Para mí y otros compañeros, pero sobre todo para la historia pinareña, es un héroe en toda la acepción del vocablo, que debe ser reverenciado para que sirva de ejemplo a las actuales y futuras generaciones.
Un hombre que tantas veces puso pecho a la muerte, falleció una gris mañana, a las 7.30 am del 16 de abril de 2014, en la sala de cuidados especiales del cuerpo de guardia del Hospital Calixto García. Tres días después depositamos sus cenizas en el panteón de los Veteranos del Cementerio de Colón. Las palabras de despedida del duelo las pronunció el comandante Delio Gómez Ochoa.
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Notas:
- En el periodo agosto-diciembre de 1958, Pablo Fernández Alegre (Guido), ocupó el cargo de financiero provincial. Se alzó en las montañas y alcanzó el grado de capitán del Ejército Rebelde.
- El Fondo (o caja) de Estabilización del Tabaco fue creado en 1946 con el objetivo de mantener precios mínimos en la compra de tabaco en rama a los vegueros. Antes de la Revolución fue una fuente de corrupción. (Información de Ecured). Pancho se rodeó de un reducido equipo de especialistas que ademas de militantes del Movimiento 26 de Julio eran conocedores de la agricultura tabacalera, entre ellos Armando Pereda Robaina y Cesáreo Gener.
- Instituto Nacional de Reforma Agraria.
- El INRA estaba dividido en zonas de desarrollo agrario (ZDA) que ocupaban dos o tres municipios. En Pinar del Río había cuatro y una sub-zona para los municipios de San Luis y San Juan y Martínez, por el peso del cultivo tabacalero.
- Pancho González ni los demás expedicionarios del yate El Corojo vinieron con grados militares. Como jefe de acción y sabotaje de la provincia, Pancho era capitán de milicias, jerarquía que le fue reconocida como parte de la columna 1 “Clemente Orlando Nodarse Verde”. (Ver Síntesis histórica del Frente Guerrillero de Pinar del Río, pagina 137, ediciones Loynaz, año 2018).
- Ministerio de Educación.
- Según carta de Pancho González que obra en mi archivo, esta noticia se publicó en el periódico provincial El Socialista de fecha 18 de noviembre de 1964.
- Ministro de Educación. Era un cuadro al que el Comodante en Jefe confiaba numerosas tareas, aunque no correspondieran al organismo que dirigía.
- ABREU MUJICA, Pedro, “Pancho: El Jefe de El Corojo”, 4 de octubre de 2020, Facebook, Internet. Visto el 8 de septiembre de 2025.