La Enfermedad Renal en adultos mayores: Una guía sobre su impacto y manejo

Esta condición puede relacionarse con otras patologías crónicas muy prevalentes en la tercera edad.

En la tercera edad, las enfermedades suelen manifestarse con mayor persistencia y complejidad, un fenómeno directamente relacionado con la pluripatología —la presencia simultánea de múltiples condiciones crónicas— y los cambios fisiológicos inherentes al envejecimiento.

Un claro ejemplo de esta vulnerabilidad es la enfermedad renal crónica, que destaca por su carácter silencioso y su impacto profundo en el organismo. Una de sus características es el deterioro progresivo e irreversible de la función renal, lo que no solo compromete significativamente la calidad de vida del adulto mayor, sino que también complica el manejo y la evolución de otras patologías comunes en esta etapa.

La Enfermedad Renal en adultos mayores: Una guía completa sobre su impacto y manejo.
Imagen tomada de Granma.

Sobre las enfermedades renales en los adultos mayores, sus tipos, síntomas, factores de riesgo y su relación con otras patologías crónicas, conversó en el programa Rumbos la doctora Daniela Díaz Rodríguez, Especialista en Geriatría y Gerontología.

La doctora explicó que las enfermedades renales se clasifican en dos tipos principales: la insuficiencia renal aguda, que aparece en un periodo menor a tres meses, y la enfermedad renal crónica, que se desarrolla de manera progresiva y sostenida después de ese tiempo, afectando ambos riñones.

Destacó que en los adultos mayores es común observar un filtrado glomerular más bajo, indicador esencial de la función renal, lo cual no debe considerarse «normal» aunque sea frecuente debido a los cambios propios de la edad.

Entre los síntomas, señaló que la enfermedad renal crónica suele iniciar con una fase asintomática, lo que dificulta su detección temprana. En fases más avanzadas, pueden presentarse edemas en miembros inferiores, disminución en la cantidad de orina, cambios en su color o turbidez, e incluso hematuria (sangre en la orina). Además, enfatizó que esta última debe investigarse para descartar causas graves, como tumores en la vejiga.

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La especialista mencionó, entre los factores de riesgo, la edad (mayor de 60 años), las infecciones sistémicas, la litiasis (cálculos renales) y las obstrucciones en las vías urinarias (como el agrandamiento de próstata en hombres o hernias vaginales en mujeres).

También alertó sobre el uso inadecuado de medicamentos, especialmente antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno) y algunos antibióticos, que pueden dañar los riñones.

La experta hizo énfasis en la estrecha relación de esta enfermedad con otras condiciones:

  1. Hipertensión arterial: mientras la hipertensión constituye uno de los principales factores de riesgo para el daño renal, la propia enfermedad renal, mediante sus mecanismos fisiopatológicos, contribuye a elevar o empeorar las cifras de presión arterial.
  2. Insuficiencia cardíaca: también se ve profundamente influenciada por un riñón que no funciona adecuadamente. Una descompensación cardíaca puede precipitar un fallo renal porque el organismo no es capaz de eliminar el exceso de líquido, lo que a su vez empeora la condición cardíaca.
  3. Diabetes mellitus: La nefropatía diabética, una complicación a largo plazo de la diabetes, es una causa directa de enfermedad renal crónica terminal, la cual, frecuentemente, requiere de la hemodiálisis. Esta coexistencia genera un riesgo adicional de hipoglucemias severas, ya que el riñón dañado no puede eliminar adecuadamente los medicamentos hipoglucemiantes, que se acumulan en el organismo.

Explicó que más allá de estas condiciones, la enfermedad renal crónica altera fundamentalmente el manejo farmacológico de otras afecciones. El uso de psicofármacos, como las benzodiacepinas (diazepam), se vuelve particularmente riesgoso. Su acumulación por la falta de excreción renal puede desencadenar cuadros de intoxicación, con somnolencia excesiva, confusión y deterioro del nivel de conciencia.

La detección temprana, el control de los factores de riesgo y la supervisión médica en el uso de medicamentos, son esenciales en la prevención y el manejo adecuado de la enfermedad renal en adultos mayores. Conocer todos estos aspectos permite a familias y cuidadores tomar decisiones que marquen la diferencia entre una vejez saludable y una complicada debido a comorbilidades evitables.

Para profundizar sobre el tema, los invitamos a escuchar el audio completo en el programa Rumbos con la doctora Daniela Díaz Rodríguez:

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