Las calles principales de una ciudad no son solo vías de tránsito, sino testigos de su evolución histórica, social y cultural. Conocer su origen, los nombres que llevaron y los edificios que las han caracterizado permite entender la identidad de un pueblo y valorar el esfuerzo de quienes contribuyeron a su desarrollo. En Pinar del Río, la calle principal, hoy José Martí, nos muestra siglos de tradición, arquitectura ecléctica y memorias compartidas por generaciones.
En Estamos Contigo, en la sección «Caminos de Vueltabajo», el historiador pinareño Enrique Giniebra nos guía por el pasado de la arteria más emblemática de la ciudad, conocida como Calle Real, la cual constituye un reflejo del crecimiento paulatino y la mezcla de estilos que definen a Pinar del Río.

Giniebra explicó que la calle José Martí no surgió de un plan urbanístico acelerado, sino de un proceso orgánico. Los solares se asignaron con espacios intermedios vacíos, que con el tiempo se fueron ocupando, dando lugar a una calle ancha y funcional para su época.
A diferencia de otras ciudades coloniales con calles estrechas, esta vía permitió portales continuos, innovación que protegía a los transeúntes del clima y fomentaba la vida pública. Además, el historiador destacó su eclecticismo arquitectónico, con edificios del siglo XIX y XX, que le otorga una belleza única a la ciudad.
La calle alberga joyas como el Hotel Globo, el Teatro Milanés, el Palacio de Guasch, hoy Museo de Historia Natural, y la sede del Gobierno Provincial. Estos edificios capturan la esencia de una ciudad en movimiento. El especialista resaltó antiguos comercios como El Dique y La Esmeralda que marcaron épocas y, aunque ya no existen, su memoria persiste en crónicas y dibujos del siglo XIX.

El historiador Giniebra mencionó que fue bautizada brevemente como Cánovas del Castillo en 1897, y al año siguiente adoptó el nombre de José Martí, honrando a nuestro héroe nacional. A pesar de ello, los pinareños aún la llamamos «calle Real», como es conocida popularmente.
La calle José Martí es el alma de la ciudad. Es un espacio donde convergen la arquitectura y la vida cotidiana, una vía de conexión con el pasado y la historia. Cada edificio, portal o adoquín son testimonio del esfuerzo colectivo y la visión urbana que merece ser preservada y celebrada.
Escucha aquí el programa de Estamos Contigo, en la sección «Caminos de Vueltabajo» con la intervención del historiador pinareño Enrique Giniebra: