
El periódico Guerrillero (1) entrevistó a Luis Enrique Rodríguez Ortega (2), con motivo del 26 aniversario de las editoriales provinciales, que coincidió con la conmemoración 99 del natalicio de Fidel. Luis Enrique relató lo siguiente: “en Expocuba, en La Habana, sesionaba la reunión de directores municipales y provinciales de Cultura, presidida por Armando Hart y Abel Prieto, entonces Fidel llega sin avisar y participa del encuentro”.
En efecto, ocurrió así como lo contó el amigo Luis Enrique. Me permito aportar otros detalles más. Sucedió el 16 de septiembre de 1999. La reunión comenzó poco después de las 9 de la mañana. Cerca de la una de la tarde se hizo la pausa para del almuerzo y una hora después ya los delegados estaban de nuevo reunidos en plenaria.
La llegada de Fidel
Poco tiempo después, me avisaron que debía esperar a Fidel. Lo esperé en la entrada del pabellón central, cerca del pequeño montículo de tierra, piedra y vegetación que simbolizaba la Sierra Maestra y los escenarios de importantes combates del Ejército Rebelde.
Había otra entrada lateral, con acceso directo a las puertas del teatro a la que se podía llegar en vehículos, pero Fidel siempre entraba por aquí para ir caminando, excepto cuando venía a la Feria Internacional de La Habana, que lo hacía por el parqueo de la dirección, ya que esta área la ocupaban los stands de las empresas cubanas y el acto inaugural.
El mural de los Cinco Héroes
Fidel llegó a las 3,05 de la tarde. Estaba cayendo un fuerte aguacero. En el corto recorrido rumbo al teatro, me preguntó sobre la recién concluida temporada de verano y pude mostrarle el mural de grandes dimensiones en honor a los Cinco Héroes prisioneros del imperio que estaba en exhibición desde enero.
Fue inaugurado el día 12 de ese mes, con la nueva etapa de la exposición permanente. Los autores fueron, entre otros, los pintores Zaida del Río, Flora Fong, Nelson Domínguez y Carlos Ever Fonseca. La obra recreaba bocetos enviados desde la cárcel por Antonio Guerrero. Fue vista por 339,580 personas en el período de enero a agosto de ese año.
Aquel día, como era tradicional en los meses de septiembre y octubre, estábamos cerrados al público, debido a las tareas de mantenimiento con vistas a la Feria Internacional de La Habana (FIHAV) que se celebraba a principios de noviembre. No obstante, como una fuente de ingresos y prestación de servicios, se contrataban los salones y otros locales para la celebración de eventos.
En cuanto a FIHAV (3) había dos orientaciones de Fidel que databan de 1989: 1) No se podían modificar ni dañar las edificaciones, 2) todo lo que se mejorara o construyera debía servir posteriormente para disfrute de la población visitante a la exposición permanente.
Editoriales territoriales
Cuando llegamos al escenario, todos los presentes, más de 200 personas, de inmediato se pusieron de pie y empezaron a aplaudir prolongadamente. Fidel abrazó a Armando Hart y a Abel Prieto. Yo le oí decir a Fidel: “Que alegría verlos, así como hermanos”.
Hart había sido el fundador del Ministerio de Cultura y ministro durante más de 20 años. Abel Prieto lo reemplazó en el cargo en 1997. Fidel también saludó a otras personas que se encontraban en la presidencia, entre ellos al compañero Rafael Bernal Alemany, viceministro primero, cuadro de larga ejecutoria en el Ministerio de Educación, donde desempeñó similar responsabilidad (4).
Mi mayor preocupación era que se originara un apagón, como consecuencia del fuerte aguacero y las numerosas descargas eléctricas. Contábamos con dos líneas de alimentación energética tendidas a lo largo de varios kilometros desde Boyeros, donde había muchos arbustos y zonas de tupida vegetación que al caer podían partir los cables. Cuando un circuito dejaba de funcionar, se conectaba el otro, mediante un trasladador automático.
En un aparte le comenté mi inquietud al general José Castro Delgado, jefe de la escolta de Fidel, que rápidamente mandó a buscar unos potentes reflectores, los que felizmente no fue necesario utilizar, porque en ningún momento se interrumpió la electricidad.
Como relató Luis Enrique, en la mencionada entrevista, “Fidel llega sin avisar y participa del encuentro. Allí salió el tema de las editoriales nacionales, que no alcanzaban para satisfacer las demandas y alguien contó las experiencias de un municipio que había logrado hacer algunas publicaciones con una impresora pequeña. Y ahí se encendió la chispa”.
Este fue el origen de la iniciativa de Fidel de dotar a las provincias de sencillas y modernas imprentas y otros recursos para que pusieran en marcha la publicación de obras de los escritores locales.
Yo apenas escuchaba lo que se hablaba en la sala, me mantuve tenso todo el tiempo detrás del escenario. Fidel se retiró a las 6.07 pm. Esta visita fue sorpresiva como tantas otras, sin embargo, gracias a nuestro colectivo de trabajadores, estuvieron creadas desde mucho antes, las condiciones para que el Comandante en Jefe pudiera desarrollar normalmente las actividades a las que asistía en nuestro centro.
Centro de desarrollo cultural
La dirección del Ministerio de Cultura no seleccionó a Expocuba para sede de la recordada plenaria porque careciese de otro lugar donde hacerla. La ciudad tenía numerosas instalaciones, mejor equipadas y geográficamente más accesibles. Mi opinión es que influyó el hecho de que Expocuba, cumpliendo otra de las indicaciones de Fidel, se había convertido en un centro de desarrollo cultural, donde se realizaban centenares de actividades con el público y especialmente con los niños y los jóvenes.
Semanal y mensualmente se programaban y llevaban a cabo presentaciones de destacados artistas y agrupaciones musicales y teatrales, intercambios con personalidades, conferencias científico-técnicas e históricas, encuentros profesionales, homenajes a premios nacionales de literatura, edición y música, etcétera.
Por su trascendencia internacional merecen mención especial dos acontecimientos puntualmente anuales: La Fiesta de África y el Festival de la Cultura China. Este último aparece con varias fotos en el libro “Amistad Cuba –China”, editado por la nación asiática con motivo del 50 aniversario de relaciones diplomáticas entre nuestros dos países.
En cada edición del Festival actuaban grupos artísticos que viajaban para la ocasión desde el lejano país asiático, también se montaban exposiciones fotográficas y de obras artísticas. La magnitud de estos eventos, que duraban tres días cada uno, sobrepasaba el Pabellón de Cultura y se ampliaban al pabellón Central y el teatro.
En los pabellones y áreas exteriores se atesoraban 25 obras de arte, entre ellas pinturas de Belkys Ayón, Flora Fong, Roberto Fabelo y Raúl Martínez; así como algunas esculturas en cerámica, como las creadas por Alfredo Sosa Bravo. En los primeros meses de aquel año, 1999, con motivo de la jornada cultural de la provincia de Ciego de Ávila, Rita Longa realizó una escultura del gallo de Morón.
Sobresalía entonces la sólida relación de trabajo que establecimos con el Ministerio de Cultura y los Consejos Provinciales de Administración (5). Sin ella, no hubiera sido posible cuanto logramos en el frente cultural y recreativo de la instalación y que justamente nos llena de orgullo.
Conozca más en el especial: Cien años con Fidel
Notas:
- Periódico Guerrillero 13 de agosto de 2025. Visto en Facebook, internet, 13 de septiembre de 2025.
- Luis Enrique Rodríguez Ortega, director de Ediciones Loynaz, de la provincia de Pinar del Río.
- Feria Internacional de La Habana.
- En marzo del 2012 fue nombrado ministro de Cultura.
5.Órganos de gobierno dependientes de las Asambleas Provinciales del Poder Popular.