
En Cayo Jutías, zona costera del municipio pinareño Minas de Matahambre, la implementación de un proyecto combina ciencia, conservación y desarrollo turístico sostenible. Se trata de una evaluación integral con enfoque ecosistémico, la cual redefinirá el futuro de ese espacio de disfrute playero mediante un enfoque innovador que pretende convertir problemas ambientales en oportunidades resilientes.
La directora de la iniciativa, la Máster en Ciencias, Doralis Ponce Barroso, explicó que trazaron objetivos específicos entre los cuales está “realizar un diagnóstico a todo el Cayo para conocer su estado de conservación de la biodiversidad y determinar el impacto negativo de origen antrópico y climático sobre los componentes del medio ambiente.
“Una vez logrado esto, haríamos entonces una valorización del destino turístico y el desarrollo local de este lugar de tal manera que podamos diseñar un modelo para actualizar en el contexto la cartera de productos turísticos que tenemos aquí, en correspondencia, además, con los valores naturales del Cayo y con la fragilidad ecosistémica del sitio para la capacidad de adaptación y la resiliencia climática de las especies y del medio.”
Ponce Barroso hizo referencia a las principales problemáticas ambientales detectadas en Cayo Jutías, las cuales impulsaron el desarrollo del proyecto.
“La deforestación producida desde el inicio de la construcción del pedraplén, o sea, la vegetación desplazada para ello, no ha logrado recuperarse de manera espontánea en su totalidad; también se han perdido sectores importantes de manglares a consecuencia de que se cortó, con esa construcción la circulación natural de las aguas; y por otra parte el desplazamiento de la línea de costa”
“Pero la diversidad de valores naturales que tiene Cayo Jutías podrían situarlo entre las zonas de mayor notoriedad dentro del archipiélago de Los Colorados, -comentó el investigador auxiliar de Ecovida, el máster en ciencias, Enrique González-
“Y precisamente el proyecto busca eso, proveer de nueva información, pues las publicaciones sobre esta zona que pudieran tomarse como referencias sobre la diversidad vegetal, datan de muchos años atrás y necesita actualización”, apunta.
“Para conservar, es necesario primero conocer; ante todo, tenemos que saber qué es lo que hay, qué tiene de típico y qué no.
“Aquí hay especies de plantas exóticas, invasoras, que son dañinas desde cierto punto de vista. Y hay que analizar la manera de ir recuperando no solo la estructura física, sino la estructura funcional de un ecosistema costero” refirió el investigador.

La profesora auxiliar de geología de la Universidad de Pinar del Río, la máster en ciencias, Sandra Pilar Díaz Díaz, quien también participa en el proyecto, refirió que “los estudios geológicos asociados a la dinámica costera permitirán hacer después propuestas de manejo ambiental para mejorar la calidad de vida en el Cayo.
“Así determinamos las zonas de acreción y de erosión de la línea costera; ello redundará en una propuesta de áreas para un mayor desarrollo del turismo, además de tomar medidas que permitan la protección y recuperación del lugar. Nosotros comenzamos con un diagnóstico ambiental del medio físico. Esto se realizará en varias etapas durante el año”, puntualizó.
“Además tenemos que trabajar en diferentes estaciones, tanto en tiempo de recuperación de playa como en tiempo de verano, para ver su comportamiento. Hacemos también estudios de los sedimentos, tipo de clasificación de arena y además análisis del agua.
“El beneficio que aportaría esto a Cayo Jutías es tratar de alargar el tiempo de la cayería, facilitar el ordenamiento del territorio, y extenderlo también a la comunidad de Santa Lucía, al tiempo que facilitará los estudios geológicos del cuaternario que se están haciendo en Cuba.”
El proyecto “Evaluación integral con enfoque ecosistémico de la diversidad biológica y los impactos asociados a los servicios turísticos en Cayo Jutías” propiciará propuestas de medidas para mitigar los impactos del cambio climático y aplicar nuevas ofertas turísticas con enfoque de restauración y rehabilitación.
La entidad ejecutora del proyecto es la Sucursal Náutica Marlin, dedicada a la comercialización de productos turísticos, en tanto, recibe el financiamiento del presupuesto del Estado.
En la iniciativa intervienen además investigadores de Ecovida, estudiantes y profesores de la Universidad de Pinar del Río, especialistas de la Delegación Provincial de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, y de la Empresa Recuperadora de Materias Primas, todos bajo la coordinación del CITMA en la provincia.
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