
En los últimos tiempos ha crecido en Cuba la popularidad de la cúrcuma como condimento o tinte de los alimentos, que proporciona un color amarillo brillante a los platos en la mesa. Pero, ¿conoce usted que también son potentes sus virtudes medicinales?
El especialista en medicina natural y tradicional, Carlos César Callava Couret, ofreció una amplia información al respecto en el segmento «La solución natural», uno de los más emblemáticos en Rumbos, nuestra revista de las mañanas, de lunes a viernes.
La Cúrcuma Longa es muy conocida y usada en la medicina Ayurvédica de la India, de donde es originaria y constituye un producto de exportación. Allí se emplea en múltiples afecciones de salud, además de dar un toque especial a las especie de la cocina con el famoso Curry, que no es inglés como algunos piensan.
Esta planta medicinal, de hasta un metro de altura con unas flores bellas, de la familia de las Zingiberáceas, posee unos rizomas (raicillas) de color amarillo anaranjado, como si fueran dedos desde 2 cm a 8 cm de longitud. Millones de toneladas del producto son exportadas desde la India, donde
El maravilloso rizoma tiene una composición química muy interesante, están presentes los carbohidratos, las proteínas, las grasas con ausencia total de colesterol, hay piridoxina y Niacina, vitamina C, potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro y aceites esenciales que dan el olor característico. Se han identificado en la cúrcuma más de 326 actividades biológicas, que se deben principalmente a los Polifenoles Curcuminoides que están presentes en ella, siendo la curcumina el principal en un 5 por ciento de concentración; no es soluble en agua, pero sí en soluciones hidroalcohólicas. No obstante, la curcumina se absorbe bien por la vía digestiva, asociada principalmente con la piperina.
La curcumina juega un papel importante en el daño oxidativo. Hay estudios de su acción antioxidante ante el estrés oxidativo que generan los radicales libres, y diversas formas de estos compuestos podrían ser eliminadas; también puede atenuar el trabajo de las proteínas de neutralización oxidativa, y reducir el crecimiento de las enzimas generadoras de ROS lipoxigenasas, ciclooxigenasas, hidrogenasa oxidasas, que ejercen esas acciones en el organismo.
Además, la curcumina actúa como un potencial agente anti inflamatorio. Al respecto, nos gustaría destacar que se cree que las actividades antioxidantes, antiinflamatorias, antiproliferativas e inmunosupresoras de la curcumina contribuyen a la mejora de los síntomas en pacientes con artritis reumatoide.
Por otra parte, la curcumina contiene sulfonas que previenen el crecimiento de los tumores de próstata, colon, pulmón y páncreas. Hasta aquí los resultados de la investigación actual en este sentido; puede ayudar a regular formas de enfermedad cardiovascular, mejorando la sensibilidad de la insulina, reduciendo la adipogénesis (incremento de la grasa), reduciendo la presión arterial, la inflamación y el estrés oxidativo.
Asimismo, existen estudios que confirman mecanismos de acción contra los virus de la inmunodeficiencia humana, y que retardan el proceso del virus del herpes humano. Igualmente se ha informado que tiene acciones en el asma y puede actuar como antidiabético.
Por último, nos gustaría apuntar que hallazgos prometedores, según los cuales la curcumina mejora el contenido de lípidos y grasas en personas con sobrepeso, permiten comprender que esto realmente ayuda a combatir la obesidad. Sin embargo, aún se requieren más experimentos al respecto.