
La Chaya, que los cubanos solemos llamar Salva Hombre, es una especie de planta con alto valor nutricional y propiedades antioxidantes. Esta especie relativamente nueva entre nosotros, puede emplearse como una solución a ciertos problemas de salud que suelen aquejarnos a diario.
Al respecto, ofreció detalles el especialista en medicina natural y tradicional Carlos César Callava Couret en el segmento “La solución natural” del programa Rumbos.
Cnidoscolus aconitifolius (Chaya) es un arbusto cultivado por sus hojas nutritivas, que pertenece a la familia Euphorbiaceae y es de origen Mesoamericano. En 1997 Ross-Ibarra y Molina-Cruz formaron cuatro variedades cultivadas que por la forma de sus hojas se denominan: Estrella, Mansa -con tres lóbulos-, Picuda -parecida a las hojas de la fruta bomba o la yuca- y Plegada.




La Chayamansa tiene origen en Honduras Británicas y habita en climas cálidos y semicálidos. Asociada a vegetación de bosques tropicales, esta planta se distribuye en los estados del sureste mexicano, principalmente en Yucatán, es fácil de cultivar en climas templados o cálidos.
Un estudio sobre la Chayamansa, tan codiciada, reveló que al cocinar la hoja ocurre el aumento de algunos nutrientes minerales como los carbohidratos, la grasa, el nivel de calcio, fósforo y hierro; pero, además disminuye su composición de fibra, proteína y potasio, en relación a las muestras crudas.
También descubrieron que las hojas crudas de chaya son tóxicas, ya que los pelillos que tiene en el pecíolo -que es la parte que une a la hoja con el tallo- contienen un glucósido que libera cianuro, por lo cual es imprescindible remojarla durante una hora antes de consumirla o cocinarla para desactivar este componente. En sólo un minuto de hervor se volatiliza y desaparece el cianuro. Ello permite incluso beber el agua en la que se coció, la cual también tiene propiedades nutritivas y medicinales. Se sugiere no cocinarla en recipientes de aluminio, ya que producen una reacción tóxica que causa diarrea.

La Chaya o Salva Hombre posee también actividad como protectora de la mucosa gástrica en determinadas condiciones. También se ha comprobado que el tratamiento con una fracción enriquecida de flavonoides induce al incremento de la producción de prostaglandinas, somastostatina y la reducción de gastrina que participan en el mecanismo bioquímico de protección a la mucosa gástrica al inhibir la secreción del ácido clorhídrico y estimular la producción de mucus. Hemos aprovechado la demostración de su acción antiinflamatoria gástrica para hacer valer su acción como antiinflamatoria en situaciones de salud de la próstata, facilitando la evacuación de orina.
Escuche aquí la intervención completa del especialista: