De América Latina al mundo: 5 aportes científicos poco conocidos

Los descubrimientos en diversos campos de investigación han puesto de relieve los aportes de América Latina a la ciencia.

América Latina a menudo es percibida como una región periférica, que está a la zaga de los grandes avances científicos y tecnológicos que suelen producirse en las naciones ricas. Hombres y mujeres de nuestro continente han producido aportes científicos al conocimiento humano del más alto nivel, que han constituido verdaderos hitos y han abierto la senda para nuevos trabajos en sus áreas de saber.

César Lattes y el descubrimiento del pión

El brasileño César Lattes es considerado una figura clave en el descubrimiento de la partícula subatómica pión. Esta es una partícula capaz de mantener unidos los protones y neutrones dentro del núcleo de un átomo. Su existencia teórica había sido formulada por el físico japonés Hideki Yukawa en 1935, sin embargo, fue el experimento diseñado por César Lattes en 1947 el que probó que dicha teoría era cierta.

Este hallazgo brasilero, latinoamericano, se consideró fundamental tanto para desarrollos posteriores de la física teórica como en la investigación aplicada en asuntos de impacto mucho más general, incluidas las terapias contra el cáncer.

Aunque el brasileño César Lattes Lattes realizó el hallazgo, el Premio Nobel de Física de 1950 le fue otorgado en solitario a un científico británico que lideraba el equipo que investigaba el pión. En 1948, Lattes también descubrió el pión neutro mientras trabajaba en la Universidad de California.

Baruj Benacerraf y los genes del sistema inmunológico

América Latina también ha aportado avances científicos en la medicina. Es el caso de la investigación sobre las bases genéticas de la respuesta del sistema inmunológico, adelantada por el venezolano Baruj Benacerraf durante su estancia en la Universidad de Harvard.

En concreto, demostró que determinados genes son responsables de la capacidad del sistema inmune para reconocer y responder a antígenos como virus y bacterias, lo que explica por qué algunas personas responden mejor a determinadas vacunas o infecciones, o por qué se produce el rechazo de órganos trasplantados.

Sus trabajos le valieron al venezolano Baruj Benacerraf el Premio Nobel de Medicina en 1980, que recibió junto al inmunólogo francés Jean Dausset y el genetista estadounidense George Snell. Su obra no solo constituyó un aporte teórico sino que revolucionó la medicina clínica, que en adelante dispuso de herramientas más eficaces para manejar las enfermedades autoinmunes y a los individuos que reciben transplantes.

El Argentinosaurus huinculensis

Los aportes latinoamericanos a la ciencia también alcanzan a la paleontología. En 1987, los paleontólogos argentinos José Bonaparte y Rodolfo Coria lideraron la expedición en el sitio de Huincul en la que se encontraron los restos de un saurio gigante que vivió durante la Era Mesozoica.

A la nueva especie, de la que se encontraron fragmentos de vértebras dorsales, costillas, una tibia y algunos huesos de la pelvis, se le asignó un nombre en latín que literalmente significa “lagarto argentino de Huincul”.

El hallazgo se consideró relevante porque las dimensiones de las piezas óseas permitieron estimar que se trataba de un ejemplar de dimensiones colosales, de entre 30 y 35 metros de longitud, una altura cercana a los siete metros y un peso de 70 y 100 toneladas, lo que lo convierte en uno de los dinosaurios más grandes jamás hallados.

Aportes latinoamericanos a la ciencia. Argentinosaurus huinculensis.
Mario Molina-Pasquel y las investigaciones sobre los daños a la capa de ozono

En la década de 1970, el químico mexicano Mario Molina y su colega estadounidense Frank Sherwood Rowland demostraron que los cloro-fluoro-carbonos que se usaban habitualmente en refrigerantes, aerosoles y sistemas de aire acondicionado, estaban causando un daño preocupante en la capa de ozono e impactando negativamente en la salud de las personas.

La investigación se consideró pionera porque puso sobre la mesa la discusión sobre los perjuicios de la acción humana sobre el medio ambiente. Al mismo tiempo, la contundente evidencia derivó en la sustitución de estas sustancias dañinas a la capa de ozono. El cambio se consideró una política ambiental exitosa, pues hallazgos posteriores demostraron que la capa de ozono se ha recuperado.

La innovación agrícola en Colombia. Un café resistente a la roya

El café constituye uno de los principales productos de exportación de Colombia. Sin embargo, antes de la década de 1980, los cultivos podían dañarse por la acción del hongo popularmente conocido como “roya”, con lo que se veía afectada significativamente la producción del rubro y la vida de millones de caficultores.

Entre las décadas de 1980 y 1990, el Centro Colombiano de Investigaciones de Café (Cenicafé), desarrolló diversas variedades de granos resistentes al hongo, entre las que destaca la “Colombia”, de 1982 y la “Castillo”, terminada en 2005, que además es robusta ante otras enfermedades y a la variación de pisos térmicos.

Además de suponer una innovación científica incuestionable, la labor de este centro colombiano, latinoamericano, permitió combinar conocimientos de biotecnología para aumentar la resistencia de los cultivos, impactó positivamente en la economía y allanó el camino para una caficultura más sostenible a nivel mundial.

(Escuche aquí el audio completo)

(Con información del programa Contigo en la madrugada)

Redacción Radio Guamá
Redacción Radio Guamá

Emisora Provincial de Pinar del Río, Cuba

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