
¿Qué es la normalización y cómo repercute en la calidad de los productos y servicios que consumimos a diario? ¿Hasta dónde resulta inminente su puesta en práctica en el contexto socioeconómico de Pinar del Río?
Sobre estas y otras cuestiones, conversamos con el director de la Oficina Territorial de Normalización en la provincia, Pedro Serrano Urra, quien partió de explicar la labor esencial de esta entidad.
“La Oficina Territorial de Normalización es una organización que tiene como objetivo la verificación y calibración de los instrumentos de medición, pero además tiene el deber social de capacitar sobre las normas vigentes, a las empresas estatales y a los actores económicos privados para que su actividad la realicen bajo normas en consonancia con todo el país”.
Serrano Urra apuntó que las normas de calidad por las que se rige la Oficina de Normalización son aplicadas sin distinción tanto para el sector estatal como para el no estatal y su objetivo es estandarizar servicios y producciones a fin de garantizar calidad, seguridad e inocuidad.
“Esas normas abarcan desde la seguridad, la salud y el trabajo, hasta la inocuidad de los alimentos, el medio ambiente, los sistemas de gestión, los recursos humanos; es muy amplio, abarcan incluso por productos requisitos de calidad, pudiéramos decir requisitos de calidad del ajo, de la guayaba, de la yuca que se vende en los mercados agropecuarios, o por los carretilleros; o sea, de todos los productos agropecuarios, de aquellos preelaborados, los preenvasados también, todos están amparados por normas”.
Pero, ¿qué pasa cuando no se cumplen dichas normas?
“Hemos visto placas y paredes que se derrumban, por la mala calidad de los productos con los que se hacen; bloques que no tienen la consistencia adecuada…¿y eso por qué es? Porque no cumplen las normas técnicas que están elaboradas para los requisitos de calidad que tiene que tener el bloque, el ladrillo, por ejemplo, que no se funde bien, eso por citar algunos ejemplos muy importantes”.
Frente a esta realidad, la oficina, además de fiscalizar, cuenta con un equipo de evaluación de la conformidad que identifica problemas, los notifica y da un plazo para su solución. Sin embargo, uno de los mayores retos, en especial con el creciente sector no estatal, es la capacitación y la voluntad de cumplir con lo establecido.
“Hoy, adolecemos de unas producciones o unos servicios que realmente sean de una calidad óptima. Primero, por desconocimiento, falta de capacitación, porque los diferentes actores económicos, lo que quieren, en mi criterio, es tener utilidad y no desembolsar dineros para capacitar, porque el dinero de capacitación es un gasto, y por supuesto que no le retribuye al bolsillo, porque cuando vas a distribuir utilidades, disminuyen.
“Por otra parte, no se acercan a nosotros, hay muchos que prefieren no pagar nuestros servicios, y, sin embargo, uno se da cuenta de que con nosotros pueden ser mejores, pueden tener más competitividad, pueden producir con mayor calidad, y brindar mejores servicios e incluso pueden optar por aplicar sistemas de gestión de la calidad, que eso es un logro empresarial o un logro de una organización muy importante en el mercado, y que además le puede incrementar sus nichos”.
Esta situación tiene consecuencias tangibles. Según Pedro Serrano Urra, en los últimos tres años, ninguna empresa en Pinar del Río ha cumplido con los requisitos necesarios por los que podrían recibir el Premio Provincial de la Calidad, reflejo de una problemática que afecta la economía y la satisfacción ciudadana.
“En el Día internacional de la Normalización es necesario hacerle un llamado a la población pinareña a que exijan, como clientes. Exigir calidad, porque usted está pagando un servicio o un producto que puede estar sobregirado en los precios y sin embargo no reúne la calidad adecuada. El cliente no puede ser conformista.”
En ese llamado a la conciencia ciudadana y a la responsabilidad de los productores, insistió el director de la Oficina Territorial de Normalización en Pinar del Río.
“Y que se acerquen, pues nuestras puertas están abiertas para todas las personas, las organizaciones que lo requieran, sean actores económicos estatales o no estatales. La calidad hoy es un elemento muy importante, y tiene que regirse por las normas”.
La normalización es sinónimo de calidad, seguridad y confianza para todos. Convertirla en un punto de partida de cada bien o servicio que se ofrece a la sociedad es el gran desafío de estos tiempos, caracterizados por la diversidad de actores económicos.