«Ser locutora es una manera de honrar a mi padre»

Con casi veinticinco años dedicados a la radio, la locutora Claribel Cabrera define su trayectoria con tres palabras: dedicación, sacrificio y amor.

Para Claribel Cabrera Acosta, ser locutora es una manera de honrar a su padre, quien desde pequeña le enseñó a amar el buen decir y la lectura en voz alta. Esos ejercicios le brindaron herramientas valiosas que, años más tarde, facilitaron su desempeño como una de las voces más reconocidas de Radio Guamá.

En el año 2000, tras completar un curso de locución, comenzó su camino en la radio. Antes había  trabajado en el departamento de estadísticas de la Dirección Municipal de Salud en Los Palacios. Una de sus compañeras se dio cuenta de que sus habilidades podrían ser mejor aprovechadas en el mundo de la locución.

Ella atribuye sus inicios a la periodista Angélica Paredes, quien en ese momento trabajaba en Radio Progreso. Desde que la escuchó, Angélica le aseguró que tenía vocación para la locución y la presentó ante Eduardo Rosillo. Esta conversación es un recuerdo que atesora con especial cariño.


Rosillo, al escucharla, no dudó en apoyarla y pronto se pusieron en contacto con la capacitadora del entonces Instituto Cubano de Radio y Televisión, que le hizo saber de un curso disponible en Pinar del Río. Él le permitió participar en programas en vivo como Un Domingo con Rosillo y La Discoteca del Ayer.

Claribel agradece especialmente a Elina Pelegrí, su profesora, quien representó el modelo profesional al que ella quería parecerse. También menciona a Raúl Arce Calero, con quien trabajó durante cuatro años en el programa informativo En Torno A.

A pesar de que ha disfrutado el trabajo con todas sus parejas en la locución, confiesa que su conexión más especial es con Jorge Pedro Marrero Paulín. 

Una voz puede hacer la diferencia y brindar compañía

Su primer programa musical, Esta Noche, fue un espacio donde se sintió muy cómoda. Confiesa que aunque disfruta de los informativos, prefiere los musicales, que le brindan mayor satisfacción y alegría.

Una de las experiencias que más la ha impactado con el público ocurrió tras el fallecimiento de su padre. Un radioyente, preocupado por su estado emocional en ese momento de dolor, la visitó, lo que le demostró que el cariño del público trasciende los micrófonos.

También valora otras numerosas muestras de afecto que ha recibido, y destaca que escuchar a alguien decir que su voz puede alegrarle el día no se compara con otro regalo.

Sus méritos le permiten hoy integrar el consejo artístico de la emisora y contribuir en la formación de nuevos exponentes del arte de la palabra. Justamente, a las nuevas generaciones de locutores, les aconseja amar la profesión, ya que es la clave para disfrutar del camino.

Con casi veinticinco años dedicados a la radio, ella define su trayectoria con tres palabras: dedicación, sacrificio y amor. Estas son las bases que han sostenido su vínculo con la radio a lo largo de los años, un viaje lleno de gratitud y pasión por la locución.

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