
La represión y los asesinatos del régimen de Fulgencio Batista habían aumentado de forma numerosa, bestial y cruel aquel último mes del año 1958. Se comentaba sobre las listas de personas que había hecho el comandante Menocal (1) para en algún momento detenerlas, torturarlas y finalmente asesinarlas.
Pitute Arteaga era perseguido implacablemente por el ejército, la policía y sus órganos de investigación. Ante el peligro inminente de que cayera en manos de los esbirros, el Movimiento 26 de Julio tomó la decisión que subiera a las montañas donde combatía el Frente Guerrillero. Orlando Díaz (capitán Tomas) (2) le sirvió de guía. Pero, Pitute tendría que bajar nuevamente al llano a cumplir misiones.
En poco tiempo, sin preparación física, un guerrero que se había desenvuelto en las zonas urbanas, tuvo que subir y bajar lomas, atravesar caminos, cruzar ríos y carreteras muy vigiladas y hacer, en resumen, un peligroso y rápido viaje de ida y vuelta.
Unidad de las fuerzas combativas
La primera tarea que le dio el comandante Dermidio Escalona (3) fue trasladarse a las zonas de Sumidero y Pica Pica, para llevar al capitán Pedro García (Buldoza) y al teniente Fernando Novo, con la orden de fundar la columna número cuatro, a la que quedarían subordinados todos los grupos de alzados de aquel territorio, próximo a las minas de Matahambre y a la carretera de Luis Lazo, que unía la capital provincial con la región de Guane (4).
No era solo llevar un mensaje muy importante; también Pitute tendría que persuadir y convencer a algunos jefes locales de la necesidad de la disciplina al mando único y la unidad de las fuerzas combativas. Lo logró.
Cumplido el objetivo, Pitute inició el retorno a la jefatura del Frente. En el trayecto se le unieron Pablito Fernández Alegre (5) y dos ex marineros que habían solicitado incorporarse a la guerrilla: Otto Barroso (6) y Luis González Pardo (7).
La persona que los debía llevar hasta el campamento insurgente -que ya no era, como la primera vez, el capitán Tomás- no se presentó y el grupo tuvo que pasar la noche y la mañana esperando en el aserrío de los hermanos Flores Cruz, en Marbajita, cerca del poblado de La Palma. A la hora del almuerzo se quedaron dormidos.
Intercambio de disparos con guardias rurales
Fueron sorprendidos por una pareja de la Guardia Rural. El jefe de la misma y del puesto de La Mulata, un sargento de apellido Rodríguez, aunque los detuvo temió registrarlos. Pitute llevaba una pistola y Otto un revólver.
Los condujeron caminando y encañonados. Al llegar a una curva, junto al abismo, Pitute y Otto dispararon y se estableció un tiroteo. El sargento fue herido y Otto recibió cuatro impactos, ninguno de gravedad.
Los revolucionarios aprovecharon para huir. Pablito y Luis lograron escapar juntos. Herido, Otto estuvo varios días por los montes hasta que arribó a una casa donde pudo ser curado, pero después el dueño lo obligó a abandonarla.
Otto se movió por la zona norte de la provincia buscando contactos para unirse al Ejército Rebelde. Desgraciadamente fue detenido y torturado en el cuartel de Las Pozas y asesinado el 20 de diciembre de 1958 por orden del tristemente célebre capitán Leovigildo Iturriaga (8).
Pitute, que encañó a un carrero distribuidor de refrescos, pudo internarse en la montaña y llegar al campamento de la guerrilla. Al otro día conoció de la noticia del asesinato de los tres hermanos Flores Cruz y de los cuatro trabajadores del aserradero (9).
Nuevas responsabilidades
Tras el triunfo de la Revolución, el 21 de enero de 1959, regresó Pitute a la ciudad de Pinar del Río como capitán de la columna número uno “Clemente Orlando Nodarse Verde”, acampando en el Instituto de Pinar del Río, donde se estableció provisionalmente la comandancia hasta que fue trasladada al Regimiento Rius Rivera.
Cuando se alzó ocupaba el cargo de responsable provincial de propaganda del Movimiento, responsabilidad que en su ausencia desempeñó Serafín Hernández Cruz. En los primeros seis o siete meses del año 1959 ocupó los cargos de fiscal del tribunal revolucionario y coordinador municipal y provincial del Movimiento 26 de Julio.
El pueblo pinareño en aquel tiempo voraginoso conoció sus condiciones como dirigente: carismático, político, popular, modesto, infatigable en el trabajo; excelente orador, que con sus discursos conmovía a las masas. Era de los colaboradores más cercanos del comandante Escalona, máximo jefe de la provincia.
No solo hablaba, también escuchaba a todos los que se le acercaban. Las puertas de su oficina estaban abiertas. Se paraba a atenderlos en cualquier lugar de la calle o del campo. Se reunía con los campesinos para hablarles de la Reforma Agraria que proyectaba el Gobierno Revolucionario, como ocurrió cuando fuimos a la hacienda de Pedro Blanco (10) en Viñales, donde Fidel fundó después la granja El Rosario o en la entrega de títulos de propiedad a los agricultores de Las Martinas (11).
Consulte el especial: Cien años con Fidel
También intercambiaba con los estudiantes, los trabajadores y los dirigentes sindicales. No solo lo hacía en la ciudad capital: se trasladaba igualmente hacia los municipios tabacaleros y aquellos donde la industria azucarera era predominante, como San Cristóbal, Artemisa, Mariel y Cabañas.
Por aquel entonces, los espacios radiales de carácter doctrinario de la emisora CMAB fueron ocupados por las fuerzas revolucionarias. Uno de los nuevos programas de información y orientación fue «Habla el 26 de Julio”, que contó en sus primeras emisiones con la intervención de Pitute Arteaga, en unión del responsable de propaganda a nivel municipal, Eduardo del Llano (12), ambos excelentes comunicadores.
Pitute apenas conocía el descanso. Era, sin duda alguna, la voz de la Revolución triunfante en la provincia.
Continuará…
Notas:
- Jacinto García Menocal, connotado asesino, jefe del escuadrón de la Guardia Rural de San Cristóbal. Falleció el 1 de enero de 1959, cuando trató de robarse una avioneta para huir del país, en un encuentro con milicianos que lo perseguían.
- Enlace dela jefatura del Frente Guerrillero con la dirección del Movimiento en el llano. Responsable del suministro de avituallamientos.
- Dermidio Escalona Alonso, comandante del Ejército Rebelde.
- SANCHEZ FERNANDEZ, José María y René González Novales, Síntesis Histórica del Frente Guerrillero de Pinar del Río, Ediciones Loynaz, año 2018, página 74.
- Pablo Fernández Alegre, combatiente revolucionario desde poco después del golpe de Estado de Batista, vinculado en la lucha insurreccional con Jesús Montané Oropesa, Boris Luis Santa Coloma, Melba Hernández, Pedro Miret Prieto y otros miembros de la Generación del Centenario. Miembro fundador del Movimiento 26 de Julio. Expedicionario del Corojo. Ocupó el cargo de financiero provincial del Movimiento 26 de Julio. Capitán del Ejército Rebelde. Con posteridad al triunfo de la Revolución desempeñó, entre otras, las siguientes responsabilidades: viceministro del Ministerio de Agricultura, delegado de la Zona de Desarrollo Agrario PR-4 (Guane, Mantua), delegado provincial del INRH en Las Villas, jefe del Grupo Nacional Hidráulico del DAP y viceministro del SIME. Fallecido.
- Otto Barroso de la Cruz, nació el 17 de octubre de 1937 en San German, Oriente. Fue incorporado al Movimiento 26 de Julio por Frank País. Realizó actividades de sabotaje y traslado de armas en la provincia de Oriente. Teniendo en cuenta el peligro que corría su vida, se decidió su traslado para La Habana y que matriculara en la Academia Naval del Mariel, donde prosiguió sus actividades conspirativas. Es detenido por el SIM y encarcelado en el Castillo del Príncipe, pero el Tribunal Supremo lo absolvió. El 5 de diciembre de 1958 se ocultó en una casa de Pinar del Rio y unos días después se unió a Pitute, Pablo Fernández Alegre y Luis González Pardo, con el fin de integrarse al frente guerrillero de la Sierra de los Órganos (Información de Ecured).
- Luis González Pardo, combatiente del Frente Guerrillero de Pinar del Río, jefe de información del Cuerpo de Ejército de Pinar del Río, bajo las órdenes del Che, en la Crisis del Caribe. Coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Fallecido.
- Jefe del escuadrón de la Guardia Rural, de Bahía Honda. Después del triunfo de la Revolución, el tribunal revolucionario lo condenó a la pena de muerte, la que fue cumplida
- La información del encuentro con la Guardia Rural fue tomada de la entrevista hecha a Pitute por el periodista Santiago Cardosa Arias, publicada en el suplemento del periódico Granma, páginas 8 y 9, el 14 de noviembre de 1965.
- Pedro Blanco Torres, terrateniente, dueño de la finca “Nuestra Señora del Rosario” y representante a la cámara (parlamento). El 24 de diciembre sin consideración a que fuese el día de Nochebuena, desalojó de sus tierras y lanzó al camino real a 13 familias campesinas.
- ABREU MUJICA, Pedro, Seguir la historia: Fidel en Las Martinas (I), www.radiominas.icrt.cu 12 de marzo de 2025. Internet. Visto 18 de septiembre de 2025.
- Economista, profesor de la Escuela Nacional del PCC “Ñico López”, director de la revista Cuba Socialista. Fallecido.