Justicia artística y cubanía: los parámetros que rigieron el veredicto del «Pedro Junco»

El presidente del jurado del certamen, Orlando Vistel Columbié, ofreció declaraciones exclusivas a Radio Guamá.

La obra «Canta, sinsonte», del compositor Ángel Luis Miguel Govín, conquistó el gran premio entre los once temas finalistas del vigesimosegundo concurso de música Pedro Junco 2025.

La pieza, un auténtico son cubano, fue orquestada por Raúl Lima González e interpretada por Luis Isael Hernández González, quienes también recibieron galardones en las categorías individuales.

Luis Isael Hernández interpretando «Canta, sinsonte», la obra ganadora del certamen. Foto cortesía de Empresa Miguelito Cuní.

Por primera vez, el certamen entregó tres premios de interpretación, además los acostumbrados reconocimientos a la orquestación y la popularidad.

A propósito, Radio Guamá conversó con el presidente del jurado, Orlando Vistel Columbié, distinguido pianista, compositor y profesor del Instituto Superior de Arte.

El concurso regresa luego de cinco años de ausencia. ¿Qué referencias le llegaron del “Pedro Junco”, anteriores a esta edición?

“Tuve muchas y muy buenas referencias. Si bien hubo un silencio de cinco años, justamente el silencio se nota porque se trata de un concurso que sonaba. Y yo recuerdo en mi época más joven, que yo seguía mucho la obra de los compositores pinareños, siempre me intrigó mucho la obra de Pedro Junco. Y por eso entendí el porqué había aquí un movimiento de compositores.

«Recuerdo de manera especial las obras de Ariel Alfonso, que se hicieron populares a nivel nacional. La composición requiere tres cosas: una fuente de inspiración, tenacidad y sinceridad a la hora de expresar las cosas que se quieren. Y en Pinar del Río se convertía en un punto de mira para el país el “Pedro Junco.

«Para esta edición he visto mucho entusiasmo. Me ha llamado mucho la atención el lleno del teatro. Ese teatro era una burbuja de oxígeno para esta población. Pero una burbuja donde lo que se respiraba era cubanía. Es mi primera incursión en este concurso y realmente me voy impresionado por la labor de los artistas, de los intérpretes. Se presentaron todos con una fuerza y una pujanza que hay que seguir de cerca, para que no se nos desvíen ni se nos malogren”.

¿Cómo transcurrió la deliberación del jurado?

“Fueron cordiales, cada uno con su punto de vista; pero, afortunadamente los puntos de vista eran coincidentes. Me siento orgulloso de haber trabajado con todos. Y todos con un mismo objetivo: hacer una obra de justicia artística sobre la base de criterios despersonalizados y profesionales”.

Maestro, a veces al público le puede resultar contradictorio que una obra en la que había depositado sus esperanzas se quede fuera de competencia. Me gustaría entonces saber qué parámetros siguió el jurado para la selección de los premios.

“Primero que todo, el acabado artístico. Si no hay acabado artístico, no hay nada que juzgar. Y dentro de parámetros técnicos, que la obra tenga una estructura lógica. Que la obra sea, no a ultranza, expresión de la cubanía. Hay muchas imágenes que se pueden tejer y que te trasladan a lo cubano.

Con el primer premio de interpretación y los reconocimientos colaterales de Cultura Sandino y el emprendimiento Alex Keratinas, Lisdeyvi Borroto Pérez fue una de las artistas más galardonadas del encuentro.

«Hicimos mucho énfasis en eso, porque estamos en un momento en que hay que reforzar la cubanía y la cubanidad, ambas cosas. Lo otro es la comunicación del intérprete con el público, porque todos los datos técnicos son solo eso, datos técnicos. Pero, al público no se le da dos libras de afinación, tres de dinámica. El público recibe el impacto de un todo que le convence o no le convence.

«Claro, no todos los impactos son iguales. Y un concurso no va detrás de todos los impactos; sino que tiene objetivos. En este caso, la expresión genérica, la calidad, el despertar de nuevos intérpretes a partir de obras pinareñas, con composiciones que emanan de la realidad pinareña”.

El concurso tradicionalmente ponderó la composición. Sin embargo, en esta edición, ante necesidades objetivas, también concedió protagonismo a la interpretación. ¿Qué opinión le merece esa decisión del comité organizador?

“Totalmente positivo. No se trata de un relevo, se trata de seguir oxigenando la música; porque a nadie se le ocurre, por ejemplo, borrar de la importancia cultural a Omara Portuondo por la edad que tiene. No hay que relevarla. Lo que hay es que oxigenar nuestro universo sonoro con artistas que sigan la senda artística por donde transitaron sus antecesores.

Daineris Loaces y Alfredo Muñoz agradecieron al público, que les otorgó el Premio de la Popularidad.

“Y en el caso del Pinar del Río, no es un secreto para nadie que estamos teniendo un éxodo poblacional, y los artistas no están ajenos a eso. Tenemos que incorporar entonces a los jóvenes, no a ultranza, sino porque este es su país y los jóvenes con vocación artística, donde tienen que desarrollar y encontrar oportunidades para desarrollarse, es en su país.

“Yo estoy contento de lo que vi con los jóvenes; todos, muy pujantes. Claro, todos no pueden ganar, porque si no, no es un concurso, es un maratón. Y voy a revelar aquí  que solicitamos a las autoridades de la música, de la UNEAC, que no se malogren estos jóvenes y que el concurso sea un punto de análisis para darle continuidad al desarrollo de estos muchachos”.

Escuche aquí la entrevista íntegramente:

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