
“El portal, elemento tipificador de la ciudad recorre el frente de la vivienda y a causa de la inmediatez con las casas contiguas, se convierte en una galería ilimitada que continúa en las esquinas hasta circundar las manzanas.
Su función es contribuir a que se mitigue el calor, además de relacionar la privacidad del interior con el exterior, convirtiéndose en un espacio de participación, y que por su uso reiterado, se ha hecho intemporal en la arquitectura pinareña, asociándose además a la actividad comercial.
Las viviendas destinadas a albergar comercios, se convierten en casa-tienda, situándose el establecimiento en las crujías paralelas a la calle, mientras que el propietario y su familia ocupan el resto del inmueble.
De forma general, el portal permite una participación más plena en la vida cotidiana de la ciudad…”
(Tomado del libro: La cultura artístico literaria en Pinar del Río. Libro de los escritores Ricardo Florentino Noriega Suárez, Emma Lorenzo Fernández, Mayra García Labrador y Alberto Baceiro Arce, publicado por Ediciones Loynaz en 2014.)



