Transferencia del aprendizaje: el desafío para superar las dificultades en matemáticas

La unión entre psicología y ciencias de la educación resulta primordial para construir aprendizajes significativos desde la primera infancia.

Foto del entrevistado.

¿Por qué niños que en la enseñanza preescolar dominan las cantidades presentan dificultades en matemáticas al ingresar a la primaria?  La respuesta radica, sobre todo, en la transferencia del aprendizaje, un concepto donde convergen psicología y pedagogía. 

Así lo sostiene el psicólogo Juan Roberto Mena Garber, doctorando en Ciencias de la Educación de la Universidad de Pinar del Río. 

“La transferencia del aprendizaje tiene que ver con la posibilidad de las personas de aplicar los conocimientos que ya poseen, lo que ya saben, a la solución de nuevas situaciones. Ese arsenal de saberes les permite identificar circunstancias similares anteriores y decir ¨esto ya lo he hecho (o no) de otra manera¨.

“Entonces, lo que ya conocemos, y la comparación con lo nuevo, para entonces compararlo con la situación actual que debo resolver es básicamente de lo que se trata la transferencia del aprendizaje.” 

El psicólogo Mena Garber investiga específicamente cómo niños de 5 a 6 años transfieren el reconocimiento de cantidades a contextos más complejos. Pero, ¿cómo estimular esta transferencia?  Mena propone metodologías lúdicas basadas en dos pilares.

Una de ellas es el juego como motor emocional; en él los infantes reparten objetos y generan vivencias positivas que facilitan el aprendizaje.  Y la otra, la metacognición: preguntas simples que los ayudan a reflexionar sobre su propio proceso mental. 

“El juego es importante, es su actividad fundamental en esta etapa.  Cuando es a las casitas, por ejemplo, o a los policías, entre varios niños, desempeñan diferentes roles. 

“Pero el carácter lúdico se le puede atribuir también a otras tareas que hagan sentir al niño que está jugando, aun cuando lo que queramos hacer sea realmente enseñarlo a contar hasta cinco. Si lo hacemos en forma de juego, será mejor para que el pequeño aprenda, porque eso genera emociones, sentimientos que lo predisponen más para aprender esos conocimientos. 

“Por su parte, la metacognición es un proceso que le permite al ser humano conocer cómo ocurre su aprendizaje, ser consciente de cómo yo aprendo, o recuerdo, el conocimiento de lo vivido, de lo que siento, y qué me afecta en este proceso. De eso trata, de ser capaz de evaluar cómo yo aprendí y cómo apliqué ese saber.”

El beneficio es notable.  Estudios internacionales muestran que el dominio temprano de conceptos numéricos predice el éxito académico incluso en la universidad. Además, la investigación del también profesor de la casa de altos estudios de Pinar del Río ofrece herramientas concretas a educadores. 

“Es necesario para lograr que el niño transfiera lo que conoce a una nueva situación, que el adulto guía de ese proceso de aprendizaje tenga claridad del conocimiento específico que el infante debe utilizar para poder resolver la nueva situación. 

“Porque se trata de que lo guiemos al recuerdo de aquello que ya conoce para saber aplicarlo en la nueva situación y que, por las características de la edad, no necesariamente va a ocurrir siempre de manera autónoma en el pequeño. Por tanto, es necesario enseñarlo a transferir. Entonces nosotros debemos tener organizado cada paso, cada acción que vamos a desarrollar para orientar ese pensamiento.”

El doctorando en Ciencias de la Educación, Juan Roberto Mena Garber, hace una observación relevante. Y es que sin transferencia, el aprendizaje pierde sentido para el niño, por lo que destaca que, en ese proceso, la psicología resulta fundamental. 

“Ciencias de la Educación y Psicología se complementan. Son ciencias que convergen, están en función de ofrecer recursos, herramientas, de educar, de tributar a un mayor desarrollo en el ser humano. La primera, diseña la metodología, pero la psicología aporta el sustento teórico sobre desarrollo cognitivo, memoria y emociones. 

“Y las Ciencias de la Educación, para el cumplimiento de sus fines, se nutre del sistema de conocimientos que aporta la psicología en cuanto al funcionamiento de la personalidad, las leyes del aprendizaje, en fin, una serie de conocimientos muy amplios de los que debe apropiarse para poder desarrollar un proceso educativo efectivo.

“La investigación que hemos venido desarrollando, está dentro de las Ciencias de la Educación, porque se trata de un proceso educativo, pero debemos retomar el cuerpo de conocimientos desde la psicología. Porque también es importante conocer cómo funcionan procesos psicológicos como la sensopercepción, la memoria, el pensamiento, la imaginación, la atención. También es importante conocer los sentimientos, las emociones, los intereses de los niños para poder diseñar esa metodología de transferencia de aprendizaje.”

Para el psicólogo Juan Roberto Mena Garber, doctorando en Ciencias de la Educación de la Universidad de Pinar del Río, su investigación nació de una contradicción concreta en las aulas, y su sentido es mejorar la calidad educativa.

Con ello demuestra que la unión entre psicología y ciencias de la educación resulta primordial para construir aprendizajes significativos desde la primera infancia.

Escuche aquí las declaraciones:

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