Las avenidas son más que simples vías; son el testimonio histórico, comercial y social de una ciudad. Por ellas circulan no solo el tráfico, sino también la memoria colectiva, conectando pasado y presente. En Pinar del Río, la Avenida Rafael Ferro, o como mejor se le conoce, Calzada de la Coloma, es un ejemplo emblemático, pues se trata de una arteria que forjó la identidad de Vueltabajo desde el siglo XVIII.

Así lo expuso el historiador Enrique Giniebra en el programa Estamos Contigo, que incluye entre sus propuestas de verano la sección Caminos de Vueltabajo. El experto aseveró que conocer la historia de esta avenida es indispensable para entender el desarrollo de la ciudad de Pinar del Río.
La Calzada de la Coloma nació como ruta comercial en el siglo XVIII, conectando el poblado con su puerto en La Coloma, donde atracaban barcos cargados de mercancías y pasajeros desde Batabanó. Fue la conexión vital para el tabaco, la ganadería y el transporte, protegida por tropas coloniales debido a su valor estratégico
Giniebra comentó durante el programa que esta vía fue testigo de hitos históricos como la invasión de Maceo en 1896, cuando las tropas libertadoras combatieron en sus alrededores durante la acción de Las Taironas. Además, como dato interesante, refirió que la avenida ha tenido cinco nombres: desde Leopoldo Cancio en 1919, Carlos Miguel de Céspedes en 1929, Avenida Antonio Guiteras en el año 1948, hasta Rafael Ferro luego del triunfo de la Revolución; aunque el pueblo siempre la ha llamado por su nombre originario, La Coloma.
Con su estación de ferrocarril -que desde 1894 llega hasta esta avenida- sus antiguas casonas coloniales y el bullicioso tránsito, sigue siendo uno de los ejes principales de la vida pinareña. Es un lugar donde conviven la historia y la memoria colectiva, y donde cada generación ha dejado su huella.
Escucha aquí el audio completo del programa Estamos Contigo con la intervención del historiador pinareño, Enrique Giniebra:
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