
El proyecto AbE-C, Adaptación basada en Ecosistemas Costeros, implementado en el Este del Archipiélago Los Colorados -área protegida de extraordinarios valores ambientales al norte de Pinar del Río- rescata tradiciones como la ostricultura. A la par, impulsa la agricultura en patios caseros y fortalece a comunidades cercanas al mar como Puerto Esperanza y El Rosario.
La iniciativa internacional enseña a las poblaciones costeras, que son las que más impacto reciben del cambio climático, cómo aprovechar las oportunidades ofrecidas por la naturaleza.
De ahí que el proyecto colaboró con los pescadores locales en la reactivación de granjas que generaran ingresos para sus familias. En especial, incorporó mujeres a las líneas de procesamiento del ostión mediante la ostricultura, una actividad ancestral gravemente afectada por los ciclones y la falta de recursos.
“A pesar de no contar con los medios para poder realizar el desarrollo de esta práctica, se logró una producción de ostricultura y recuperar una de las granjas de ostrícola perdidas después del ciclón Ian y eso fue un logro del proyecto”, dijo su coordinadora, la Máster en Ciencias Mirza Pérez Posada.
“De hecho estamos a la espera de materiales que necesitamos, una donación del proyecto para la pesca, a fin de poder mejorar las condiciones de esos pescadores que trabajan ahí y de las mujeres en la mini industria, como fase final de la ostricultura.
“Los pescadores se esfuerzan mucho, es una actividad muy difícil, expuestos a veces a mal tiempo; otras veces baja mucho el mar y se deteriora la ostrícola; perdemos colectores en ocasiones, y todo ello le resta rendimiento al ostión como tal”, apuntó la experta.

Por su parte, el especialista en educación ambiental del Área Protegida, el Máster en Ciencias Raúl Martínez Rivera, destaca que la ostricultura es una práctica amigable con el medio ambiente, y que en Puerto Esperanza, existen las condiciones perfectas para ello en la Ensenada de Verracos debido al flujo de nutrientes, y la temperatura ideal del agua para el cultivo del ostión.
“El ostión se fija a la raíz del mangle rojo o manglar de borde -explica- al estar colocado en la granja donde circulan más nutrientes, engorda más rápido y llega con más rapidez a la talla comercial, además de tener mayor aporte nutricional; y por supuesto, ganancia económica por cobrar volúmenes más altos en menos tiempo; ya se han hecho los estudios correspondientes”, explicó.

Agroecología y Apicultura, otras oportunidades ofrecidas por la naturaleza
En paralelo, el proyecto AbE-C, Adaptación basada en Ecosistemas Costeros, impulsa la agroecología en patios caseros. En Puerto Esperanza y El Rosario ya funcionan dos unidades donde se cultivan frutas y vegetales e incluso se comercializan injertos.
“La meta es expandirse a cinco patios y llegar a cooperativas en la segunda fase de implementación del proyecto. Queremos hacer más extensa esa actividad agroecológica para dar mayor beneficio a lo que es la comunidad”, explicó la coordinadora Mirza Pérez Posada.
Pero hay más. La segunda fase de ejecución del proyecto Soluciones Basadas en Ecosistemas Costeros incorpora la apicultura sostenible en esos patios. El objetivo es conservar una abeja endémica en peligro de extinción integrando prácticas agroecológicas.
Archipiélago de Los Colorados: un apasionante tesoro natural
AbE-C… es un proyecto de colaboración internacional liderado por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba, con apoyo de una Organización No Gubernamental norteamericana y financiamiento alemán. Algunos de sus recursos ya proveen beneficios tangibles, asegura la coordinadora.
“De algunos recursos ya nos servimos, hoy trabajamos gracias a baterías donadas por el proyecto en medio de la crisis energética del país”, precisó.
Esta iniciativa fortalece la resiliencia ambiental y devuelve a las comunidades sus medios de vida. Tal como expone su coordinadora en el Este del Archipiélago Los Colorados, “este esfuerzo ha creado un vínculo vital entre el Área Protegida, las instituciones y la gente”.