En los primeros días del mes de abril de 1958, se estableció una red para la recepción y el apoyo al esperado desembarco del yate El Corojo. Formaban parte del plan milicianos del Movimiento 26 de Julio de las zonas de El Retiro, en el municipio de San Luis; Río Feo, en San Juan y Martínez y las Minas de Matahambre.
Los expedicionarios debían incorporarse, como así lo hicieron, a un grupo guerrillero que, por orientaciones previas de Pancho González, había formado Roberto Amarán (1), en las montañas de Quemado de Pineda, cerca de las Minas de Matahambre.

La impaciencia por la demora, la falta de noticias y la inminencia de la convocatoria a la huelga general, hizo que Felipe Quintana Ramos (Capitán Ñico) (2), saliera en un pequeño bote, con el objetivo de tratar de encontrar a los expedicionarios, por si se habían extraviado o confrontado algún percance.
Partió por el estero de Guanito, cerca de la playa de Punta de Cartas (3), y después siguió en un barco de pesca, donde permaneció varias jornadas acompañado por Baldo Mendoza, Santiago Rodríguez (4) y un compañero de apellido Torres. Algo parecido hizo Ismael (5), que fue hasta la playa de María la Gorda, en la península de Guanahacabibes, lugar alternativo para el desembarco y después a Punta de Palma, lugar previsto para el arribo de El Corojo. Ninguno de los dos pudo ver ni conocer nada.
Nadie los esperaba
El paso de los días y la falta de información, había desactivado la red creada. Por eso nadie estaba esperando a El Corojo cuando arribó, en la noche del 8 de abril, a la costa sur de la provincia de Pinar del Río.
Los expedicionarios y los tripulantes habían vencido una tensa y accidentada travesía y burlado la nutrida vigilancia de los espías, la aviación y los buques de la Marina de Guerra de Batista.
Se ocultaron en un estero entre dos cayos, próximo al puerto de La Coloma, desde donde tuvieron la suerte de ver, en la madrugada del día siguiente, al pescador Armando Andrés (6), que realizaba su faena habitual, con su pequeño barco El Salmón.
Armando Andrés
Armando Andrés era uno de los combatientes clandestinos comprometidos a colaborar en la infiltración de las armas. Lo acreditaba una larga trayectoria insurreccional y buena experiencia en la introducción de medios bélicos por La Coloma, poblado donde vivía y trabajaba. Era un buen conspirador y un hombre de mar.
En las dos visitas que hizo Fidel Castro a la ciudad de Pinar del Río, antes del asalto al Moncada, estuvo en su casa y con él valoró las condiciones del puerto y la zona para recibir expediciones con armas (7).
En ambos encuentros Fidel estuvo acompañado por José Suarez Blanco (Pepe) (8), jefe del grupo de artemiseños y pinareños que participaron en el asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.
Armando Andrés también facilitó la entrada de material bélico perteneciente a la Triple A, organización insurreccional dirigida por Aureliano Sánchez Arango, exministro de Educación y Estado (Relaciones Exteriores) del depuesto gobierno del presidente auténtico Carlos Prío Socarrás.
En 1954, Menelao Mora Morales (9) y Gerardo Medina Cardentey (10), lo contactaron y los apoyó en la penetración de armas, que venían en secreto desde los Estados Unidos (11).
El aviso
Lo primero que Pancho le orientó a Armando Andrés es que fuera a la ciudad de Pinar del Río, para informar a la dirección del Movimiento que habían llegado, el lugar donde se encontraban y que se activara el mecanismo creado para la recepción y el apoyo a la operación.
Le dio la dirección de la casa de Marta Fuego, en la calle Indalecio Sobrado, en el reparto La Flora, a donde llegó casi al mediodía. Lo recibió Andrea, la madre de Marta, ya que esta y sus hermanas se habían ido temprano en la mañana para sus centros de trabajo y el más pequeño de la familia para la escuela primaria (12).
Desde la 11 de la mañana la ciudad estaba en tensión, ya que a esa hora se había hecho público el llamamiento a la huelga, a través de la CMAB y otras emisoras del país.
Todo se sucedía vertiginosamente y las fuerzas represivas se habían volcado a las calles, rompiendo cristales y puertas de los comercios cerrados, haciendo detenciones y sembrando el terror en la población.
En cumplimiento de una indicación de la Dirección Nacional del M-26-7, se había decidido no hacer acciones armadas de envergadura, para priorizar la entrada de El Corojo (13).
Andrea dejó a Armando Andrés oculto en una habitación y fue a avisarle a Marta. Después siguió para la tienda “La Colosal”, para conseguirle, con una vecina que trabajaba allí, ropa y zapatos para que Armando se cambiara las ropas sucias y pudiera regresar bien vestido y no levantar sospechas en los numerosos represores e informantes o “chivatos”, que se habían desplegado por todas las calles.
Marta Fuego, sin perder tiempo, fue a la casa de la calzada de La Coloma, donde estaba operando la Dirección Provincial del Movimiento 26 de Julio. Allí le dio la información a Alberto Hernández Gibernau (Jorge), coordinador provincial; José A. Arteaga Hernández (Pitute), jefe de propaganda, Humberto Álvarez Gómez (Ismael), responsable de finanzas y a otros que habían venido desde La Habana, con motivo de la huelga y para esperar la expedición.
Se empezó a poner en marcha la operación dirigida a garantizar la recepción y el traslado de los hombres y el armamento. El primer paso dado por Marta, en compañía de Ismael, fue gestionar un camión propiedad de un familiar, indispensable para el traslado por tierra de la carga hasta un sitio seguro (13).
Poco después se les unió Felipe Oscar Quintana Ramos (Capitán Ñico), que regresaba de las lomas de Seboruco, donde se encontraba el grupo de Juan Palacios, el primer intento pinareño de crear un frente guerrillero (14).
Continuará…
Las vicisitudes de El Corojo (VII)
Notas:
- Roberto Amarán Mamposo (Minas de Matahambre, 11 de junio de 1932-Pinar del Río, 5 de diciembre de 1958). Cayó en combate en el kilómetro 9 de la carrera de Luis Lazo, disparando hasta la última bala, en un sorpresivo enfrentamiento a un gran número de soldados y policías bien armados, que lo fueron a capturar en el lugar donde se escondía. Después de muerto, su cadáver siguió siendo tiroteado por los asesinos de la tiranía. Militó en la juventud ortodoxa. Trabajó como “botero” o “chófer de alquiler” entre las Minas de Matahambre y Pinar del Río, lo que aprovechó para el traslado clandestino de dinamita y fulminantes. Fue jefe del 26 en Minas de Matahambre y del alzamiento, en la zona, el 30 de noviembre de 1956, en apoyo al desembarco del Granma. El grupo guerrillero que encabezó en Quemado de Pineda llegó a tener 35 miembros, incluidos 9 expedicionarios de El Corojo.
- Jefe de acción de la región 1 del M-26-7. Testimonio en el archivo del autor.
- Punta de Cartas, pequeño pueblo costero del sur del municipio de San Juan y Martínez. Igualmente limita con el municipio de San Luis. La mayor parte de la población se dedicaba a la pesca. Había algunas casas de veraneo y una minúscula industria de bonito en conservas.
- Santiago Rodríguez nació en el municipio de San Luis, el 11 de diciembre de 1930. Ayudaba a su padre en el campo. Cuando aprobó el sexto grado, dejó los estudios y se dedicó por entero al trabajo de la agricultura. Desde 1952 se opuso a la tiranía de Batista. En 1955 ingresó como miembro fundador del Movimiento 26 de Julio. Participó en acciones armadas y sabotajes. A mediados de 1958 es detenido, torturado y condenado a 9 años de prisión. Cuando era trasladado del Castillo del Príncipe al reclusorio de Isla de Pinos con otro compañero más, intentó desviar el avión en el que viajaban y llevarlo rumbo a la zona central del país donde combatía el Che o a la Sierra Maestra, pero se produjo un tiroteo en el interior de la nave y resultó mortalmente herido. Falleció 24 días antes del triunfo de la Revolución. Estuvo un año sepultado en Isla de Pinos. En el mismo yate El Corojo, el 7 de diciembre de 1959, el cadáver fue trasladado a Punta de Cartas y después al cementerio del poblado de San Luis.
- Testimonio de Humberto Álvarez Gómez, (Placido/Ismael), en el archivo del autor.
- Armando Andrés Hernández, por su participación en el apoyo al desembarco de El Corojo fue detenido y condenado a 9 años de prisión. Después del triunfo de la Revolución presidió la cooperativa de pescadores “Gerardo Medina Cardentey”.
- SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, José María y González Novales, René, Síntesis Histórica del Frente Guerrillero de Pinar del Rio, Ediciones Loynaz, año 2018, página 38.
- José Suárez Blanco, natural de Artemisa. Antes del golpe de Batista, dirigió la Juventud Ortodoxa, en la provincia de Pinar del Río. Asaltante al cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953. Miembro de la primera Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio (M-26-7). Fundador del M-26-7 en la provincia de Pinar del Río.
- Menelao Mora Morales, abogado y político pinareño radicado en La Habana, cayó en combate en el ataque al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957.
- Gerardo Medina Cardentey, trabajador del hotel El Globo. Estuvo entre los miembros fundadores del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). Jefe de un grupo de pinareños que como él participaron en el ataque al Palacio Presidencial. Cayó en combate en esa acción armada.
- PÉREZ CALA, Mayuli y Gutiérrez, José Antonio, El Directorio Revolucionario en Pinar del Río. Internet. Visto el 10 de junio de 2025.
- Marta Luisa Fuego Rodríguez, entrevista con el autor (inédita).
- Testimonio de Humberto Álvarez Gómez, (Placido/Ismael), en el archivo del autor.
- Testimonio de Felipe Oscar Quintana Ramos (Capitán Ñico), en el archivo del autor.