Rumbo a una Vuelta Abajo

-¡Chofe, estamos listos! ¡No pare hasta Pinar del Río, contra todos los vientos!
Así, el atardecer los alcanza en la autopista, sobre ruedas. No hay nada mejor que un ocaso apastelado y tibio, mordiendo el cristal de las ventanillas y las miradas profundas por las esperanzas que un buen evento suscita.
Son una treintena de jóvenes rumbo a La Vueltabajo, todos, gente de radio. La periodista pregunta a los más cercanos, guiada por las plumas de Cirilo Villaverde y Sandalio de Noda, también amantes (históricos) del paisaje más occidental de la isla. Quiere conocer sus pulsaciones, indagar sobre sus intereses en el evento.
Diestro, Erick Méndez, a su lado, le comenta que volver a Pinar del Río “significa encontrarse con amigos, con gente que hace y sueña la radio. La Vueltabajo crea alianzas, y permite abocarnos a un trabajo periodístico, radial, en menos de veinticuatro horas, casi sin conocernos algunos, y dejar a un lado egos y formas de hacer individuales para entre todos encontrar la mejor manera de crear un producto radial en respuesta al ejercicio práctico”.
Desde el asiento delantero, Rey Luis Correa le habla entusiasmado sobre los aportes que en materia de conocimientos le deja siempre La Vueltabajo. Espera con ansias las intervenciones de los conferencistas este miércoles, en especial el diálogo con Ana Teresa Badía.
Y en el lado izquierdo del vehículo, como si hablara desde “el lado izquierdo del corazón”, Alicia Durañona le asegura que es un año crucial para ella, porque ya sale de la organización por mayoría de edad y cree que no hay mejor fiesta para cerrar su recorrido que la Vueltabajo… “Quiero compartir con realizadores que tienen muchísimas ideas, intereses y ganas de hacer como yo”- expresa con soplo de mujer de vanguardia.
La periodista continúa su búsqueda de motivaciones. Pregunta a uno y otro: al que no duerme, al que no lee o lleva audífonos, porque está despierto para conversaciones hilarantes o sapientes; o al que mira las orillas vegetales de la carretera anunciándole un jardín que enamora a sus visitantes. Todos coinciden en que viajan rumbo a una oportunidad de crecimiento artístico y desafío profesional.
El atardecer no dura más que las entrevistas. Lo bueno de la vida es breve para dejarnos hambre en la memoria. Ya Pinar del Río está cerca.
Mañana la ciudad “más propia para una novela que los ideales castillos de la Edad Media ”, terreno mágico y hospitalario, inicia un evento que atrae la atención de medios y realizadores nacionales e internacionales, une a sus participantes para compartir experiencias y saberes del arte sonoro y prueba la actualización de la radio pese a su centenaria vida.



